¿Es lógico, no?
Eso es lo que hace la mayoría antes del verano, cuando lo que se busca es perder un par o tres de kilos antes de la temporada playera y funciona casi siempre, pero sólo durante un periodo muy breve. Si se prolonga en el tiempo o bien si lo que se busca es perder más peso, entonces esa medida se vuelve en contra y sus efectos serán los contrarios, porque además de no reducir más grasa, perderéis masa muscular.
La razón es que con restricción alimenticia se activa en el cuerpo algo similar a un estado de emergencia, en el que el organismo pone en juego toda su eficacia para sobrevivir, porque percibe que se haya ante un riesgo de supervivencia y aminorará el ritmo metabólico, con el objetivo de quemar menos calorías en estado de reposo y preservar a ultranza las pocas que recibe. Es cierto que durante los primeros días de la reducción de comidas, el cuerpo perderá peso, agua sobre todo, pero después empezará a economizar calorías a toda costa, almacenándolas en forma de grasa para asegurar la supervivencia y preferirá quemar tejido muscular para producir energía.
Por: Al Wilson