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20 de marzo de 2009

¿Es mala una cerveza después de entrenar?

Contrariamente a lo que se pudiera pensar, una cerveza fresquita después del entrenamiento, además de refrescarnos, puede ser una bebida muy recomendable para rehidratarnos.

Este compuesto de agua, cebada, lúpulo, levadura y malta, entre sus principales propiedades destaca que contiene vitaminas B1, B2 y B6, así como carbohidratos de asimilación lenta como el almidón. Destaca la presencia de ácido fólico muy recomendado durante el embarazo, previene los riesgos de enfermedades cardiovasculares, previene la anemia, estimula el apetito, evita el estreñimiento y ayudan en los procesos de calcificación.

El lúpulo, uno de los ingredientes fundamentales de la cerveza, retrasa el envejecimiento e influye positivamente en los parámetros sanguíneos del metabolismo oxidativo. Si se toma cerveza normal aunque la graduación de alcohol es relativamente pequeña, puede producir deshidratación. Sin embargo, tenemos la opción de la cerveza sin alcohol, ideal para deportistas, conductores, situaciones de dieta, mujeres embarazadas o que están en la etapa de lactancia.

Es una bebida que aporta unas 148 kcal por botellín de 33 centilitros, y se recomienda no consumir más de 250 ml al día en mujeres y 500 ml en hombres para conseguir todos sus beneficios. Por cierto; la cerveza debe servirse siempre con dos dedos de espuma a una temperatura de cinco grados, pero nunca en vaso congelado, para comprobar su calidad, debe observarse la forma en que la espuma se adhiere al vaso después de cada trago, delicada y consistentemente, como si fuera un encaje.

Via: sportlife