Por muy habituado (o no) que tengamos nuestro cuerpo a la práctica de ejercicio, al trabajo muscular, a la resistencia aeróbica… el estado anímico de cada persona sufre altibajos que, inevitablemente, afectan a nuestro ritmo de vida diario. Esos días fríos y lluviosos de invierno en los que todo se ve “negro”, o los más calurosos de verano en que no apetece ni pisar la calle, suelen ser los más desmotivantes para muchas personas; pero cada individuo es único, y a cada persona le afectan de manera distinta estos factores externos: existen tantos casos de factores desmotivantes como personas.
Vencer esta sensación de “dejadez” o desgana es muy importante tanto para conseguir alcanzar tus objetivos (deportivos) con el esfuerzo justo y necesario, además de para forjar tu fuerza de voluntad en los momentos de debilidad emocional. Por este motivo es recomendable ser analíticos con esta situación para facilitar su superación.
Un método que puede ayudar consiste en identificar los elementos y factores que consideramos más nos afectan (negativamente) y obstaculizan en nuestras sesiones de entrenamiento-ejercicio (estrés, agotamiento familiar, tiempo atmosférico, ver lejos el objetivo marcado, etc..). Aconsejo escribirlas en un papel.
Cuando hayamos listado aproximadamente 10 “obstáculos” podemos empezar a trabajarlos uno a uno. El sistema es muy sencillo: se trata de darles la vuelta y convertir el factor negativo en algo que te motive.
Por ejemplo: que estás estresado…. La mejor manera de eliminar el estrés es sudar un rato; despeja la mente y te hace olvidar las causas de este estrés momentáneamente; terminada la actividad física los problemas se afrontan con mejor perspectiva.
Que tu pareja te ha dejado y no te apetece ver a nadie…: unos ejercicios en casa pueden ser el mejor método para liberar rabia y tensión muscular.
Que quieres perder unos kilos y después de 1 mes entrenando no has conseguido perder ni un 10%…. razón de más para que no faltes ni un solo día a tu rutina de ejercicios: el deporte es efectivo, no milagroso.
Estos son sólo algunos ejemplos.
Podéis estar seguros de que los días en que menos te apetece hacer ejercicio y consigues motivarte para hacerlo, son los días en que mejor y más satisfecho te sientes al terminar la sesión.
Vía: Entrenatech