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4 de noviembre de 2009

Consejos para evitar la fatiga en el entrenamiento

Uno de los enemigos del logro de un mejor rendimiento deportivo, y avances, es la fatiga. Veamos algunos sencillos consejos para tratar de evitar tener períodos prolongados de fatiga durante nuestros entrenamientos o, al menos, retrasarla:

*La hidratación, como en todo lo relacionado con la actividad física, es esencial. Beber abundante agua y líquidos antes, durante y después del ejercicio debe ser un “paso obligado” más en nuestras rutinas. El metabolismo y las reacciones químicas para mover nuestros músculos necesitan de agua. Si sentimos sed, seguro que la fatiga estará también próxima a presentarse.

*Procura ir mermando en tu actividad, gradualmente, y nunca parar de golpe. De lo contrario, el detenerse de pronto se evita que la circulación siga activa, y, por lo tanto, pueda “limpiar” de los metabolitos resultantes, lo cual también hará que nos fatiguemos más y se aumente el tiempo necesario para la posterior recuperación.

Por ejemplo si se corre lo más recomendable es ir reduciendo la actividad de a poco: pasar de correr al trote, y de trote a la caminata, para luego sí terminar con una serie de ejercicios de estiramiento.

*Sé inteligente a la hora de planificar tu rutina, y ve variando en la intensidad de los ejercicios por día. Si un día realizas series de alta intensidad, programa para el siguiente una jornada de descanso, o una actividad mucho más leve. Los momentos de descanso son también necesarios para asimilar la actividad y recuperar los músculos correctamente, además de evitar la fatiga o incluso las lesiones.

*Come y duerme correctamente. Tanto la alimentación como las horas de sueño mínimo necesarias son también pilares en lo referido a la actividad física y nuestro rendimiento deportivo. Es la mejor manera de compensar, alimentar y devolver a nuestro organismo lo “quitado” durante el esfuerzo. Recuerda que una buena ración de hidratos y proteínas puede ser lo que el cuerpo esté pidiendo tras el ejercicio para restablecerse y fortalecer los músculos.

*Finalmente, en lo posible, resérvate un tiempo para los baños de contraste. El alternar la temperatura del agua, entre caliente y más fría, puede ser de gran ayuda para activar la circulación sanguínea, contrayendo y dilatando los vasos. Lo que, además, propiciará la eliminación de los metabolitos que potencian la sensación de fatiga e hinchazón muscular.

Via: vitadelia