Antes que nada debe acostumbrarse a desayunar bien, almorzar lo justo y no cenar o cenar realmente muy poco, para evitar que el cuerpo guarde la energía que no se consuma durante la noche a modo de reservas en el abdomen, porque sino, no importa la cantidad de aeróbicos o abdominales que haga, no logrará alcanzar su objetivo.
Una vez alcanzada está sana costumbre, debe hacerse con una nueva costumbre: hacer abdominales luego de despertarse y antes del desayuno.
De este modo, el cuerpo demandará alimento, o sea, energía, pero al no haber ingerido nada aun, comenzará a metabolizar las reservas acumuladas para solventar este gasto calórico.
No hace falta hacer demasiados abdominales, simplemente 3 o 4 series de 15 o 20 repeticiones para que su cuerpo comience a necesitar la energía.
Luego de hacer los abdominales, trate de pasar al menos 30 minutos antes de desayunar, para darle tiempo al cuerpo a trabajar las grasas, y luego desayune como sea su costumbre.