Antes de nada debemos decir que en Vitónica no estamos ni a favor ni en contra de este tipo de dietas, pero a causa de la popularidad que está ganándose esta dieta nos queremos detener en ella. Esta dieta no es algo que surge de la noche a la mañana, sino que es fruto de largos años de investigación sobre la división de los nutrientes y la asimilación que el organismo hace de los mismos. Su creador es el propio Montignac que da nombre a la dieta.
Esta dieta distingue tres tipos de alimentos, las grasas, los hidratos de carbono y las proteínas. Partiendo de esta base lo que no debemos hacer es mezclar los tres tipos de alimentos. Concretamente lo que predica esta dieta es que los hidratos de carbono no se pueden mezclar con el resto de nutrientes, ya que es el páncreas el que los procesa, y si hay un exceso de hidratos no podrá procesar ni las grasas ni las proteínas, tendiendo a acumularse en el cuerpo y haciendo que engordemos.
Para esta dieta los hidratos de carbono tienen un papel importante y por ello se detiene en ellos dividiéndolos en dos grupos, los que consideran malos en los que se encuentran alimentos como el azúcar, la bollería, el maíz, el pan blanco, las harinas refinadas… En contra estarían los hidratos considerados como buenos que son los cereales integrales, la fructosa… Para esta dieta los hidratos malos deben tener muy poco espacio en nuestra alimentación, mientras que los buenos deben ser la base de la misma, pero siempre consumidos separados del resto de nutrientes para que los aprovechemos al máximo.
Las calorías de los alimentos no cuentan, sino que simplemente se tienen en cuenta los grupos alimenticios por el tipo de nutrientes que contienen. Es más, en este tipo de dieta ningún alimento está prohibido, sino que hay grupos que deben comerse todos los días y otros que no, que simplemente de manera ocasional. Lo mismo sucede a la hora de mezclar alimentos de diferentes grupos, que no puede hacerse, ya que lo que se busca es facilitar al cuerpo la asimilación de los alimentos, que al fin y al cabo es la base de un correcto aprovechamiento de los nutrientes.