
Lamentablemente, esta creencia equivocada puede afectarnos mucho más de lo imaginado, pues claro, a nadie le gustan las torturas y si debemos sufrir al entrenar, nunca seguiremos en movimiento o al menos, nunca sentiremos placer al hacerlo y costará mucho mantenernos activos en el tiempo.
En personas que quieren adelgazar, por ejemplo, muchas veces se observa como pasan de no hacer nada, a hacer todo, y esto no sólo se vivirá como una mala experiencia y una obligación para obtener el objetivo de perder peso, sino que puede lesionar a la persona e interrumpir el ejercicio.
Por eso, lo mejor en todos los casos es no vivir al entrenamiento o al ejercicio como un sufrimiento, podemos obtener mejorías y seguramente más, si cuando estamos en movimiento disfrutamos de lo que hacemos, pues querremos volver a ello, y hasta no querremos que se termine.
Muchos de los que somos físicamente activos y tenemos el hábito de estar en movimiento sabemos de qué se trata, pues nos gratifica entrenar, nos divierte o da placer, por eso tenemos continuidad y lo hacemos regularmente. Pero claro, si es un sufrimiento el ejercicio, nunca querremos hacerlo nuevamente ni lo podremos mantener en el tiempo.