También debemos de apoyar la planta de los pies completamente en el suelo, así nos aseguramos de tener un buen apoyo lumbar que evite posibles contracturas. La correcta separación de los pies depende de cada uno, pero a modo orientativo deberán de estar a la misma altura a la que separamos los brazos, es decir, algo más que la anchura de los hombros, así creamos un equilibrio entre fuerzas que nos hará más estables en el ejercicio.
En el gimnasio podemos ver a gente que sobre todo cuando levanta mucho peso eleva los pies o tiende a juntar las rodillas para hacer más fuerza. Esto es un gesto peligroso que nos resta estabilidad y crea un deseguilibrio muscular que carga unas zonas más que otras. Si levantamos poco peso incluso podemos elevar los pies para asegurar el apoyo lumbar, pero con mucho peso mejor tener los pies en el suelo.
Y no olvidemos las ayudas al levantar mucho peso, por muy estables que estemos si llega el momento en el que nos fallan las fuerzas mejor tener a alguien al lado que nos quite el peso de encima.