Para evitar la aparición de agujetas es necesario que seamos capaces de evitar que el ácido láctico se solidifique en los músculos y se quede acumulado, ya que es una sustancia que nuestro cuerpo segrega pos si mismo para obtener energía mientras estamos realizando ejercicio. Por ello nosotros lo que debemos hacer es conseguir que el organismo elimine la mayor parte de este ácido láctico que segrega para así evitar las agujetas. Para conseguirlo es necesario que mientras hacemos carrera sigamos una serie de pasos.
Ni que decir tiene que a la hora de salir a correr, como en cualquier otro deporte, es necesario que destinemos parte del tiempo a calentar y preparar los músculos para el esfuerzo que van a desarrollar a posteriori. Este calentamiento ha de consistir en unos quince o veinte minutos de carrera lenta en la que simplemente preparemos a los músculos, por lo que el ritmo tiene que ser muy suave. Lo mismo que empezamos con un calentamiento debemos realizar una vuelta a la calma al terminar de correr de unos diez minutos y estiramientos de otros diez para mitigar en gran medidas las agujetas.
Pero lo que realmente podemos hacer es seguir tres tipos de entrenamiento mientras corremos y trabajamos nuestra resistencia. En primer lugar lo que haremos serán seis series de trescientos metros cada una y con un descanso de dos minutos entre series. Otra forma de entrenar para evadir las agujetas es realizar cuatro series de cuatrocientos metros y descansar tres minutos entre cada una de ellas. Y la última manera que podemos utilizar para no tener dolores musculares es la realización de ocho carreras de doscientos metros cada una y un descanso de un minuto y medio entre cada serie.
Es importante que realicemos este tipo de entrenamiento por lo menos una vez a la semana y que cada vez aumentemos el ritmo, intentando llegar a nuestro máximo para así conseguir unos buenos resultados a la vez que evitamos la aparición de las odiadas agujetas.