El deporte ha tenido a lo largo de los años muchos trucos y técnicas para mejorar los resultados. Desde el uso de sustancias estimulantes que rozan lo legal y lo natural, hasta la aplicación de determinados tratamientos para mejorar la forma muscular y la actuación de estos a lo largo de la actividad. Pero no solo las sustancias han estado presentes, sino que se han llevado a cabo numerosas técnicas con el fin de mejorar. Una de las más conocidas es el uso de papel plástico enrollado en el cuerpo para quemar más calorías y grasas. Por ello queremos ver si esto es o no buena técnica.
En los años ochenta muchas personas a la hora de hacer deporte utilizaban estos papeles plásticos transparentes con el fin de aumentar el calor temporal y conseguir una mayor quema de calorías y grasas. Esta creencia se extendió de tal manera que muchas personas lo hicieron y aún hoy sigue siendo un mito en muchos gimnasios, haciendo que muchos usuarios sigan poniéndolo en practica. Pero se trata de eso, un mito, ya que esta práctica puede ser más perjudicial de otra cosa.
Antes de nada debemos tener bien claro en qué consiste este plástico transparente. Es eso, un material plástico que no es poroso y por lo tanto es impermeable. Esta cualidad lo que hace es generar en el cuerpo un efecto invernadero mediante el cual todo el calor generado a la hora de hacer ejercicio no se expulsa aumentando la temperatura corporal y con ello la sudoración. El sudor se acumula en forma de agua humedeciendo la parte en la que aparece, ya que al no traspirar es imposible que se seque y desaparezca. Este hecho es el que muchos toman como un activador de la quema de grasas. Es lo que se conoce como efecto sauna que como ya hemos visto en otras ocasiones no quema grasas ni calorías.
A diferencia de la sauna, la aplicación de estos plásticos en el cuerpo no nos permite la traspiración, por lo que sudamos pero el sudor se puede volver algo nocivo para el organismo. En primer lugar al aumentar la humedad en la zona corremos riesgo de enfriamiento y por lo tanto de enfermarnos. La irritación de la piel en esa zona es alta, pues el sudor acumulado tiene sustancias ácidas que afectará a nuestra piel, al igual que aumentarán la acumulación de bacterias en esta parte del cuerpo.
Esta creencia no es para nada efectiva, y por lo tanto no es recomendable llevarla a la práctica en ninguno de los casos, pues los daños son mayores que los beneficios. Por ello lo ideal es siempre utilizar prendas que permitan la traspiración y nos mantengan secos, ya que si practicamos deporte y mantenemos una dieta sana lograremos eliminar las grasas y las calorías que nos sobran, sin la necesidad de recurrir a estas técnicas.
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