
La experiencia británica
En la experiencia británica, 11 hombres jóvenes realizaron varias rutinas de ejercicios, con intervalos de descanso, a lo largo de varios días.
* En varias prácticas de cada sesión de ejercicios, ellos llenaban un cuestionario sobre el grado de apetito que sentían, y los científicos medían los niveles de grelina y del péptído YY en cada voluntario.
* Los investigadores descubrieron que las sesiones en la esterilla provocaban una caída de la grelina, indicando la supresión del apetito; se observó también que los niveles de péptido YY si bien tuvo una alteración no fue alterada significativamente.
Solo con base en los cuestionarios sobre el apetito, los científicos percibieron que tanto los ejercicios aeróbicos como los anaeróbicos inhibían el apetito, pero el primer tipo de actividad presentaba una inhibición más duradera.
También un estudio reciente trabajó con personas con sobrepeso que empezaron a realizar ejercicios aeróbicos durante 3 meses finalizando el periodo con una pérdida de grasa corporal y reduciendo las calorías diarias ingeridas gracias a la reducción del apetito; y vinculan también que además de alterar los niveles hormonales se aumentaba los niveles de la proteína llamada “factor cerebral neurotrópico derivado” que promueve el crecimiento y funcionamiento adecuado de las células nerviosas disminuyendo naturalmente la ingesta calórica.