Uno de los grandes problemas del practicante del body-building es el de la pierna. Dan grandes quebraderos de cabeza:
-porque cuesta más desarrollarlas que el pecho, hombros, brazos,… en los que los esfuerzos realizados dan unos resultados más palpables.
-porque a menudo las dejamos de lado un poco, al considerar que con el ejercicio aeróbico (jogging, spinning, natación, ciclismo,…) ya las hemos trabajado bastante.
-porque tememos más el desarrollarlas a fondo ante el riesgo de lesión, dado que no es lo mismo perder temporalmente movilidad en una mano o en un brazo que en una pierna o pie.
-porque trabajarlas requiere un esfuerzo y tiempo mayores que otras zonas del cuerpo, en las que, además, los progresos se aprecian antes.
Además, hay que tener en cuenta que la calidad del trabajo de las piernas debe ser correctamente situado en la rutina semanal. Y lo descuidamos constantemente. A muy poca gente se le ocurriría ir a trabajar los brazos al gimnasio después de pasarse el día subiendo sacos de cemento a un camión. Sin embargo, mucha gente va a trabajar las piernas después de haberse machacado a correr y, lo que es más común y más grave, después de haber trabajado espalda.
No se pueden ejercitar las piernas al día siguiente de haber trabajado espalda porque, al forzar a ésta, estás forzando también tus piernas. Y es que tus piernas también trabajan cuando estás haciendo peso muerto, o levantamiento olímpico, o en tres tiempos,…
Sin embargo, a la inversa no funciona igual. El hecho de que estés haciendo peso muerto no basta para que tus piernas hayan sido ejercitadas debidamente. Tus piernas trabajan, sí, y sufren. Y, es más, el hacer peso muerto te invalida para ejercitar tus piernas correctamente al día siguiente de haber hecho peso muerto. Es algo lógico y normal. Sin vuelta de hoja.
Esto hace que tengas que condicionar mucho tu rutina para trabajar la pierna adecuadamente y sin que coincida un día antes o después de ese trabajo específico con ellas.
Es complicado hacer esto, y la tentación de no ejercitarlas es muy grande. ¿Para qué hacerlo, si con las sentadillas ya las trabajo un poco y a mí no me interesa tener un aspecto como el de Roberto Carlos? Claro…
Al final acabamos cayendo en el error más común: creer que, si hemos forzado las piernas con un ejercicio no específico para ellas (correr, ciclismo, hacer sentadillas,…), las hemos ejercitado… bien. Porque ejercitar sí que las ejercitamos… pero no es suficiente. Y, de hecho, si no las ejercitamos de una forma integral y completa, corremos un riesgo muy grande de padecer una lesión al ejecutar uno de esos ejercicios no específicos de piernas. Es común lesionar alguna parte de las piernas al hacer sentadillas (pie,tendón,menisco,rodilla,ligamentos,tobillo,…). Y eso es porque no hemos hecho crecer a nuestras piernas al mismo ritmo al que crece el resto del cuerpo.
Así pues, es fundamental que no incluyas en tu rutina el trabajo de piernas el día después de haber trabajado espalda.
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