Poco a poco va llegando el calor, y esto hace que apetezca más practicar ciertas actividades, como pueda ser la natación. Es un ejercicio que se puede realizar siempre, pero es cierto que a muchas personas no les gusta practicarlo durante todo el año, aunque es mucho más saludable si así se hace. El caso es que puede que por esta época haya muchos a los que se les vaya apeteciendo un poco de actividad en piscina, y creo que es bueno recordar que la natación es un deporte de lo más saludable, pero que tiene ciertos riesgos.
Tradicionalmente se ha recomendado la actividad acuática como forma de prevenir y tratar dolencias, y se sigue haciendo en la actualidad, cada vez con más base científica. El caso es que la natación puede ser muy beneficiosa, pero hay que tener en cuenta algunas precauciones.
La natación es un ejercicio completo, intenso y donde se pueden ensayar infinidad de variaciones, pero también es cierto que, como cualquier ejercicio, tiene cierto riesgo de lesión, sobre todo si la técnnica no se realiza correctamente o si se realiza una actividad poco adecuada para la persona en cuestión.
Algunos beneficios de la natación
Es un ejercicio aeróbico muy completo, en el que trabaja todo el organismo, activando casi todos nuestros músculos y articulaciones. Trabaja la fuerza muscular de una forma que no provoca impacto agresivo sobre las articulaciones, lo cual ayuda a preservarlas.
Indicado en personas con patologías de espalda, tanto articulares como musculares. Se suele recomendar porque ayuda a tonificar la musculatura sin suponer un fuerte estrés, y permite potenciar con menos riesgo de lesión que otro tipo de actividades.
La pueden realizar personas de todas las edades durante todo el año, no solo durante los meses más calurosos. Cada vez hay más cultura de los beneficios de la natación, y existen infinidad de centros públicos y privados que ofrecen actividad en piscina durante todo el año.
Algunos riesgos de la natación
La natación, como cualquier tipo de ejercicio físico, implica una serie de riesgos. Algunos de ellos son controlables, incluso se pueden eliminar. Otros solo pueden reducirse.
Riesgo de lesión nueva: Como en cualquier actividad física, existe riesgo de lesión. En la natación hay que tener mucho cuidado con la técnica. Nadar es mucho más que echarse al agua y desplazarse. La natación solicita movimientos continuos de brazos (requiriendo mucha movilidad de hombros), espalda y piernas. Si la técnica no es buena o si se realiza más esfuerzo del necesario, la lesión puede irse generando poco a poco.
Riesgo de empeorar una lesión: Se suele recomendar la natación a las personas que tienen un problema de espalda, pero no hay que olvidar que, dependiendo del problema que sea (cifosis, escoliosis, ciática, hernia discal…) habrá unos ejericicios que vengan bien y otros que pueden ser contrarpoducentes.
Riesgos relacionados con el medio acuático: Algunas personas tienen más facilidad que otras para desenvolverse en el agua. Algunas personas le tienen miedo y no disfrutan de la actividad. Otras simplemente son “más de secano”, y tienen tendencia a sufrir resfriados o pasar frío en el agua, aunque la piscina esté climatizada. Otros riesgos son las medidas de higiene, muy necesarias al utilizar piscinas donde acude gran número de personas.
La natación como ejercicio completo
Todos sabemos que la natación es un ejercicio donde intervienen multitud de músculos y articulaciones, lo cual lo convierte en muy completo. Es saludable practicarla durante todo el año, ya que los beneficios se notan a medio y largo plazo si se mantiene una cierta continuidad.
La natación no se queda en realizar largos en piscina en diferentes estilos para aquellos que ya tengan cierta práctica, aprender los estilos para los novatos o integrarse en grupos de “escuela de espalda” o actividades para aquellos que acudan porque tienen una lesión de espalda. La natación entendida como actividad en piscina abarca un sinfín de variaciones, que se ofrecen en piscinas públicas y gimnasios privados que cuentan con estas instalaciones y con personal cualificado para impartir todo tipo de clases.
Por tanto no hay excusa para no practicar este ejercicio tan saludable, siempre adaptado a las capacidades y necesidades de cada persona. Para ello no dudemos en acudir a profesionales que nos guíen, para disfrutar de esta actividad con todas las garantías.
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