Para una correcta musculación, se deben efectuar repeticiones hasta llegar al límite. Esto no quiere decir que se debe acabar completamente agotados, sino que se debe ser incapaz de realizar más repeticiones con un determinado peso.
Para aumentar la intensidad de la sesión, se puede recurrir a unas técnicas de musculación que permiten prolongar el entrenamiento, incluso cuando se ha llegado al límite. Las repeticiones piramidales son unas de esas técnicas que permiten estimular rápidamente el desarrollo muscular.
El método piramidal
Cuando se trabajan los músculos, las fibras en activo se cansan cada vez más, y terminan por no poder levantar el peso previsto. Sin embargo, aunque el músculo se vea debilitado, todavía le queda algo de fuerza.
Aligerando la carga (entre un 20% y un 30%) y retomando inmediatamente la serie, percibimos que se pueden realizar aún algunas repeticiones, lo que se traduce por una hipertrofia más pronunciada.
Ejemplo de entrenamiento piramidal
Supongamos que estáis levantando una barra de 45 kg. Al cabo de 10 u 11 repeticiones, o del número de repeticiones que necesitáis para llegar al límite, reducís inmediatamente el volumen de peso y comenzáis con un máximo de repeticiones antes alcanzar de nuevo el límite muscular.
Si continuáis de esta manera, estas repeticiones en forma de pirámide se podrían organizar de la siguiente manera: 11 repeticiones con 45 kg; 10 repeticiones con 36 kg; 8 repeticiones con 28 kg; y 8 repeticiones con 18 kg, es decir un total de 37 repeticiones. Sin este método piramidal, tan sólo habríais realizado 11 repeticiones.
Para que esta técnica de intensificación dé mejores resultados, hay que establecer el seguimiento de las series, respetando el mínimo de descanso necesario: pararse el tiempo que dura reemplazar el peso de la barra.
No olvidéis que el objetivo es el de favorecer la hipertrofia, estimulando los músculos y sobrecargándolos. El entrenamiento piramidal es una técnica que a la larga da buenos resultados.
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