1. Técnica
Visualiza la repetición perfecta e intenta desarrollarla tal cual la habías imaginado. Da igual que sea la primera o la última repetición; todas y cada una de ellas deben ser hermanas gemelas si queremos que la tensión caiga sobre unas mismas fibras musculares y, así, obligarlas a adaptarse al estímulo.
2. Siente la carga y su aceleración
Al menos en el caso de estar trabajando fuerza. Piensa que para ganar fuerza debes centrarte en la unidades motoras (fibras) de más alto umbral de excitabilidad y esto se consigue más fácilmente si eres capaz de imprimir la aceleración correcta durante la fase concéntrica del ejercicio.
3. Nota la tensión
En caso de estar entrenando hipertrofia. No depende tanto del peso movido sino del estrés acumulado en el músculo. En caso de estar realizando un press de banca tu mente debe estar en tus pectorales. En caso de estar haciendo una flexión de codo, en tus bíceps. Y en caso de un peso muerto, en toda la cadena posterior.
4. No pierdas nunca de vista el objetivo
Saber en todo momento por qué estás haciendo ese ejercicio, por qué ese número concreto de repeticiones y series, te ayudará a no abandonar antes de haber terminado el entrenamiento. Cada ejercicio y cada número de repeticiones, series, y el resto de factores cumplen con un objetivo.
5. Cuenta hacia atrás
Parece una tontería pero el estrés psicológico cuando se trabaja a máxima intensidad, aquel que te hace dudar de si llegarás al número de repeticiones objetivo, es menor si empiezas a contar desde este número hacia atrás.
-
1010101010101