Una de las particularidades de la bicicleta de spinning es que no tenéis
un contador de velocidad, o de sistema de medida del esfuerzo. La
resistencia se va aumentando en función de vuestras sensaciones.
En cualquier caso, conviene dejar claras algunas cosas: el pedaleo, por
sencillo que parezca, es una cuestión técnica. No se puede pedalear sin
una real resistencia, puesto que en ese caso el sillín será muy poco
cómodo, saltando encima de él a cada golpe de pedal. A la inversa,
establecer una resistencia demasiado alta, evita mantener una cadencia
rítmica durante un tiempo más o menos largo.
Además del aspecto monótono que puede conllevar un entrenamiento a solas, la eficacia puede aumentar si os concentráis en un objetivo y en una correcta técnica.
Mejora de la resistencia en general
Si vuestras articulaciones no soportan correr, eso no implica que no
podáis pedalear. A modo de calentamiento, antes de una sesión de
musculación, o como objetivo único, pedalear con una cierta cadencia
progresiva ayuda a aumentar la temperatura corporal y el ritmo cardíaco.
Después de 15 minutos, podéis ajustar la resistencia de la bicicleta y
así aumentar su dificultad.
Mejora de la fuerza muscular
La bicicleta es probablemente el mejor medio para reforzar las piernas
de una forma completa. El pedaleo es un ejercicio tan completo, que unos
diez aparatos de musculación son necesarios para igualarlo. Cuádriceps,
glúteos, gemelos, aductores, todo se pone en movimiento.
Con el fin de reforzar armoniosamente las piernas, conviene ir subiendo
la resistencia, al tiempo que se conserva una calidad de pedaleo óptima.
Con el fin de utilizar los abdominales durante el pedaleo, podéis
posicionar las manos sobre el manillar, pero sin agarrarlo: de esta
forma no tiraréis de él y tendréis que contraer la musculatura del
abdomen con fuerza para mantener la postura.
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