Es muy común que al comenzar un programa o visitar una sala de fitness
por primera vez tengamos dudas y cometamos algunos errores por
desconocimiento que nos pasan desapercibidos, solemos fijarnos en otros
que llevan tiempo entrenando o actuamos por intuición, aplicando mas
fuerza que técnica, otras veces nos equivocamos por querer evolucionar
más rápido, sin permitir las primeras adaptaciones. Y es que "más no
siempre es mejor".
Aquí te describo los cinco errores más habituales que no solamente los
iniciados suelen cometer, sino también muchas personas que llevan tiempo
entrenando.
1. No controlar la fase excéntrica.
Después de concentrarnos y colocarnos para realizar la fase concéntrica
(también llamada "positiva"), desatendemos y no prestamos atención a la
fase excéntrica. Como criterio general, intenta ejecutar la fase
excéntrica, la que va a favor de la gravedad, siempre más lenta que la
fase concéntrica. Es un error muy habitual poner todo el esfuerzo en
levantar la carga para posteriormente casi dejarla caer en la fase de
bajada por fatiga y falta de control muscular.
Una fase excéntrica sin control puede suponer un elongamiento muscular
intenso para el cual aún no está preparado el tejido conjuntivo, es la
principal causa de distensiones musculares y pequeñas roturas
musculares. Por otra parte, no desaproveches los beneficios que nos
aporta un control de las contracciones excéntricas, es donde se producen
las mayores ganancias de fuerza y masa muscular.
2. Demasiados ejercicios.
Al comienzo, siempre queremos hacer un poco más y, además, se suelen
incluir más ejercicios en aquellos grupos musculares que más deseamos
fortalecer o pretender que aumenten de tamaño, lo cual es un completo
error. Recordemos una vez más que las ganancias de fuerza y masa
muscular se experimentan por manejar altas intensidades y no por
realizar más series y más repeticiones hasta agotar al músculo, eso tan
sólo logrará vaciarlo de glucógeno y fatigarlo en exceso, pasaremos de
entrenar intensidad a resistencia muscular. Pero además, vaciar al
músculo de sus reservas de glucógeno en estas fases iniciales donde aun
no existen las adaptaciones necesarias, tan solo conseguiremos retrasar
la recuperación y el músculo entrará en sobreentrenamiento, mas no
siempre es mejor.
Mi consejo es que te centres en los grandes grupos musculares, olvídate
por ahora del bíceps, tríceps y por supuesto de antebrazos y gemelos,
son músculos secundarios y sinergistas que se verán involucrados cuando
entrenemos pectoral, dorsal o cuadriceps.
Con uno o dos ejercicios para cada grupo muscular será suficiente para
conseguir las primeras adaptaciones. Más ejercicios o más series, tan
solo conseguirá retrasar la recuperación.
Tus primeros planes de entrenamiento.
Para que tengas una referencia, aquí tienes un ejemplo de cómo sería un
plan de entrenamiento de iniciación para las primeras semanas en el
gimnasio.
Para comenzar, un circuito.
Con dos o tres días a la semana e intentando siempre realizarlos en días
alternativos, el circuito es una buena opción para conseguir las
primeras adaptaciones. Es preferible que apuestes por los ejercicios en
máquinas, son más seguros y te enseñaran el rango de movimiento adecuado
para cuando utilices el peso libre.
Continúa con una doble división
Después de dos o tres semanas con el circuito, puedes pasar a una doble
división, es decir, dividir a los diferentes grupos musculares en dos
sesiones de entrenamiento. Esto nos permitirá aumentar el volumen de
ejercicios y disponer de más tiempo de recuperación. Una doble división
es ideal para personas que entrenen fuerza entre tres y cuatro días a la
semana. Continúa con el trabajo en máquina pero puedes introducir
ejercicios en el multipower o utilizar alguna polea segura.
3. Llegar al fallo muscular.
Llegar al fallo muscular es un recurso que sólo deben utilizar personas
avanzadas y de forma puntual. Se suele aplicar a ejercicios básicos y
con grandes grupos musculares con el objetivo de conseguir intensidades
límite y tensiones musculares máximas, es el mejor estímulo para el
desarrollo muscular.
Sin embargo, no es lógico llevar al fallo muscular por costumbre a todos
los ejercicios y grupos musculares en un entrenamiento de fuerza. Es un
recurso efectivo pero también hay que decir que muy agresivo para el
tejido conjuntivo que en personas iniciadas con falta de
acondicionamiento puede llegar a producir tendinitis, desgarros e
incluso la rotura de inserción del tendón.
En estas fases iniciales del entrenamiento quédate siempre con la
sensación de poder realizar una o dos repeticiones más, resérvate de ese
último esfuerzo máximo, las mejoras serán las mismas pero evitarás
lesiones y sobrecargas.
4. No controlar la postura durante todo el ejercicio.
Al no tener automatizada la postura correcta, es común ver cómo las
personas iniciadas se colocan correctamente para iniciar el ejercicio
pero conforme van realizándose repeticiones, la van perdiendo, a medida
que se fatigan los músculos implicados entran en acción los secundarios
comprometiendo así la estabilidad. Se generan inercias, balanceos y
cambios del centro de gravedad, desplazando la carga hacia otras zonas
musculares, perdiendo efectividad el objetivo del ejercicio ya que al
final el esfuerzo termina siendo realizado por músculos secundarios y
estabilizadores.
Cuando los músculos principales se fatigan, entran en acción con mayor
protagonismo los sinergistas y estabilizadores profundos que son más
pequeños, en personas iniciadas el problema es que estos músculos se
fatigan con rapidez comprometiendo a su vez en exceso a los
estabilizadores pasivos que son las estructuras óseas. La consecuencia
es un exceso de carga sobre superficies articulares, discos
intervertebrales y tejido conjuntivo como fascias y ligamentos,
produciéndose lesiones a muy corto plazo.
Por ejemplo, en una sentadilla los principales grupos musculares
implicados son cuadriceps y glúteos, la musculatura erectora de la
columna (lumbares) son los sinergistas y estabilizadores de la columna,
si se fatigan la carga pasará a las vértebras lumbares que tenderán a
flexionarse y la presión en el disco intervertebral será excesiva. Por
esta razón es mas importante una buena técnica de ejecución y
acondicionamiento en los músculos del core que fuerza en las piernas.
Hasta que mejores tu postura, tengas mejor técnica de ejecución y sobre
todo mejores la fuerza de tus estabilizadores, es conveniente que
selecciones ejercicios guiados y estables en máquinas. El press de pecho
sentado, la prensa de piernas o el remo en máquina, son de los
ejercicios más seguros.
Es muy recomendable que antes de comenzar cada serie repases los puntos
claves del ejercicio, luego quedarán automatizados, si no lo haces,
serán los errores los que quedes automatizados. Es conveniente que te
observes en el espejo si tienes posibilidad, así tendrás un feedback al
instante.
Más core y menos abdominales
Si hay un grupo muscular que necesita unas adecuadas adaptaciones
musculares, son los músculos del tronco, el denominado "core". Estos
músculos que rodean a la columna lumbar son los responsables de
transmitir las fuerzas con eficiencia y lo más importante, conseguir
seguridad y estabilidad a la columna, ya sean en ejercicios de fuerza o
de carácter cardiovascular. La columna recibe continuas cargas e
impactos, si vamos a levantar cargas, correr o saltar, los músculos del
core deben estar preparados para este trabajo.
Los tradicionales abdominales en el suelo no vienen mal pero son mucho
más interesantes las planchas en apoyo prono y lateral. Incluye alguna
en tus ejercicios.
5. Abandonar la fase de iniciación
Las primeras adaptaciones tanto a nivel cardiovascular como muscular
suelen suceder después de unas 6 ú 8 semanas, notarás que tu ritmo
cardiaco se adapta rápidamente y conserva un estado estable para una
intensidad continua, en los entrenamientos de fuerza habrás aumentado la
carga considerablemente y comenzarás a ver mejoras muy significativas
en el tono muscular, pero la gran señal es que ya no tendrás las
necesarias y molestas agujetas, ni sobrecargas musculares del comienzo.
Una vez que tengas estas primeras adaptaciones, será el momento de
avanzar en cuestiones de intensidad y volumen de ejercicios. Podrás
aumentar tanto la intensidad, como la cantidad de tiempo en tus
entrenamientos cardiovasculares, incluso ya será hora de afrontar
cambios de ritmo, en cuanto a tus entrenamientos de fuerza, puedes y
debes ir introduciendo ejercicios con pesos libres y utilizando métodos
más avanzados como las series en pirámides.
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