Te explicamos que es lo que debes o no debes beber antes, durante y después de tu entrenamiento en el gimnasio.
Conseguir unos niveles adecuados de hidratación resulta imprescindible para mejorar en tus sesiones de entrenamiento en el gimnasio. Sin embargo, en ocasiones seleccionamos bebidas no adecuadas que pueden causarnos efectos no deseados. Para que no te equivoques, te las resumimos en este cuadro.
Antes | Durante | Después | |
Correcto | Tómate un café o un té, mejorará la activación del sistema nervioso, retrasará la aparición de la fatiga y además ayudarás a la quema de grasas. Eso sí, evita el azúcar y un bollo que lo acompañe. | Hasta la hora de ejercicio, la mejor bebida es el agua. Se asimila rápido y además de evitar la deshidratación, conseguirá descender el calor corporal provocado por el ejercicio. | Finaliza hidratándote y recuperándote. Un batido de carbohidrato de rápida asimilación y algo de proteínas, es la fórmula ideal para optimizar la fase de recuperación rápida. |
Incorrecto | No tomes zumos o refrescos azucarados, este azúcar provocará una respuesta híperglucemica muy rápida al que tu organismo responderá con una hipoglucemia quizás a la hora de hacer ejercicio, justo cuando necesitas energía, sentirás fatiga prematura, mareos y además no conseguirás quemar grasa. Un desastre. | A no ser que realices un entrenamiento de resistencia, no es necesario tomar bebidas isotónicas, glucosadas o con sales. Con mayor motivo evita zumos y refrescos. | Un batido únicamente de proteínas no sólo limitará tu recuperación rápida en la reposición de reservas de glucógeno, sino que puede comenzar un proceso de desaminación que aumentará la deshidratación producida ya por el ejercicio anterior. |