Ahora bien, el organismo debe contar siempre con las reservas necesarias de estos nutrientes para evitar que tenga que recurrir a las proteínas para obtener energía. Si es así, afectará la reparación de los tejidos y órganos del cuerpo, y el crecimiento de los músculos.
De los dos tipos de reservas de energía del cuerpo, el glucógeno (despensa de energía generada por los hidratos de carbono) es la más importante. Si tu cuerpo no tiene suficiente glucógeno, aparece la fatiga y desciende tu rendimiento deportivo. Por tanto, tu consumo de carbohidratos no debe bajar del 55% diario.
¿Cuándo se consume cada tipo de reserva?
Cuando haces ejercicios aeróbicos durante un periodo prolongado, el cuerpo recurre a sus reservas de grasa; por tanto, mientras realizas estas actividades no solo beneficias a tu sistema cardiovascular sino que logras la maravilla de adelgazar.
Y cuando tu actividad física es intensa o anaeróbica, entonces las reservas que se consumen con las de glucógeno. Por lo tanto, en este caso no quemas grasas sino tonificas y desarrollas tus músculos. Ganas peso, pero no por grasa sino porque el músculo pesa más que ésta.
Via: nutricion.pro