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5 de agosto de 2009

Atkins: La dieta de las grasas ¿perjudica tu salud?

El deseo de adelgazar de manera rápida lleva a mucha gente a buscar dietas aparentemente "mágicas" o “milagrosas”, las que se ponen de "moda". En el pasillo de la escuela, en la plática con la vecina, con el compañero de trabajo, en la reunión familiar, o en el gimnasio, podemos escuchar toda una serie de recomendaciones del último descubrimiento en dietas.
Los medios de comunicación también tienen una influencia importantísima en este tema, pues estas dietas las podemos encontrar en cualquier revista, en la televisión, en Internet, etc. promoviendo una rápida y eficaz disminución de peso. Por ejemplo: la dieta de la luna, la de toronja, la de la sopa milagrosa, la de Hollywood, la del chicharrón o de las grasas, también conocida como dieta cetogénica o Atkins.

Esta dieta se caracteriza por un consumo elevado de proteínas y grasas, es decir, no hay limites para ingerir carne, huevo, quesos maduros, salchichas, pollo, pescado, aceites, mantequilla, crema, manteca y un consumo limitado de hidratos de carbono (azucares) como tortilla, pan, pastas, avena, arroz, frijoles, lentejas, papa, galletas, frutas, verduras como zanahoria, jicama etc.

La dieta cetogénica es una de la más populares, ya que su supuesto “beneficio” es la perdida rápida de peso en personas que padecen sobrepeso y obesidad. Pero “ojo” presenta las siguientes desventajas:

* Muy desequilibrada, ya que es rica en grasas como colesterol, grasa saturada y elevada en proteínas, pero muy pobre en fibra. El consumo de verduras y frutas es casi nulo, lo que puede provocar estreñimiento.

* Aumenta el ácido úrico
* Exceso de trabajo para los riñones
* Posibles arritmias cardiacas
* Carencia en vitaminas y minerales.
* Es monótona y elevada en costos

Cuando el cuerpo metaboliza o "aprovecha" las grasas de los alimentos se generan sustancias de desecho conocidas como: cetonas. Entre más grasas procese nuestro cuerpo, más cetonas se producen. El alto contenido de grasas en esta dieta hace que existan, por lo tanto, niveles muy elevados de cetonas (de ahí su nombre), lo que a su vez causa un estado en el que se presenta una pérdida significativa de agua y electrolitos. Esto da como resultado una disminución de peso.

Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía para todo el cuerpo y al no incluirlos en la alimentación es como no tener combustible para el buen funcionamiento del cerebro, de los músculos etc. Si el cuerpo detecta que no los tiene comienza a realizar procesos para adquirir el azúcar (glucosa) de donde le sea posible. El mecanismo más común para obtenerla es comenzar a consumir las proteínas de los músculos. Este es otro factor causal de la disminución de peso, ya que el cuerpo, por así decirlo, empieza a "comerse" su propio músculo para generar glucosa.

Uno de los estudios más recientes señala su eficacia en la pérdida de peso rápida, pero otro de los problemas es con la adherencia de la persona, es decir, la capacidad de apego y seguimiento a las dietas, ya que una restricción tan severa de hidratos de carbono, como sucede a menudo en este tipo de alimentación, lleva al abandono de la misma. ¡Imagínate! comer grandes cantidades de grasas y proteínas, por ejemplo: tacos al pastor pero sin tortilla o una torta sin bolillo o incluso un pozole sin maíz, ni pensarlo, ¿verdad? Pan, tortilla o papas, que para muchos son alimentos supuestamente malos o prohibidos (lo cual es un mito), en cantidades adecuadas cubren las necesidades nutrimentales más importantes.

En las dietas cetogénicas está limitado el consumo de frutas, verduras y cereales, lo que produce deficiencias de vitaminas como ácido fólico, vitamina C y minerales, como magnesio y calcio. Además los estudios que se han realizado son a corto y mediano plazo, debido a la pronta deserción de las personas, por las causas arriba mencionadas.

Recientes guías internacionales promueven que para tener un estilo de vida saludable se recomienda una pérdida de alrededor del 10% del peso inicial, realizar ejercicio al menos tres días a la semana, durante 30 minutos, y una dieta balanceada. Esta consiste en un equilibrio entre hidratos de carbono, principalmente complejos; proteínas; grasas, preferentemente una cantidad baja de grasas saturadas (como el colesterol) y el consumo de verduras y frutas. Dejar hábitos como el cigarrillo, también es importante. Por lo tanto, para “tomar al toro por los cuernos” y aprender a tener una vida mas sana, es fundamental que nuestra alimentación sea:

* Suficiente. Que tenga todos los grupos de alimentos, con los nutrimentos necesarios para cubrir los requerimientos de acuerdo a la edad, género, estatura, actividad física y estado de salud, a partir de las diferentes etapas de la vida (infancia, adolescencia, embarazo, vejez, etc.).
* Variada. Que incluya diferentes alimentos de cada grupo en las comidas, para evitar que sea monótona.
* Adecuada. Debe ser al gusto de la persona y compatible con sus costumbres.
* Equilibrada. Comer todos los alimentos con moderación para que la dieta sea completa y apetitosa.
* Inocua. No debe implicar riesgos a la salud, es decir que sea higiénica, sin excesos y carencias.

La finalidad es que las personas tengan una alimentación apropiada y una buena salud, para así disminuir el riesgo de padecer enfermedades físicas, como problemas cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, cáncer de colon entre otras. Y evitar problemas emocionales como depresión, ansiedad, baja autoestima, aislamiento, etc.
Conclusión

Las desventajas de la dieta cetogénica son mayores en comparación con la única ventaja que presenta: un descenso de peso rápido, pero tan rápido que cuando empiezan a disfrutarlo ya estás ganando nuevamente el que se perdió.

Es comprensible que la disminución acelerada sea muy gratificante para algunas personas, pero es necesario detenerse un momento y pensar cual es el origen del sobrepeso o la obesidad y si lo que se está haciendo es perjudicial o favorable para nuestra vida. Hay muchas dietas, que van y vienen, como la cetogénica. Sin embargo, lo más importante es modificar los malos hábitos de alimentación que se tienen, para abordarlos de una manera adecuada y responsable. La clave para tener un peso saludable radica en conocer nuestro cuerpo, cambiar a favor de nuestra salud esos malos hábitos, descubrir lo placentero y beneficioso de la práctica del ejercicio. De esta manera la pérdida de peso será gradual, permanente y sin riesgos para la salud integral.

Via: fitness.com