Eliminar la celulitis es complicadísimo, y muchas veces, la única forma de deshacerse de ella de una vez por todas es pasar por el quirófano. Pero eso no está al alcance de cualquiera; los tratamientos son carísimos, y a ver quién es la guapa que se atreve a entrar y a anestesiarse… Y eso, sin hablar del postoperatorio correspondiente a una liposucción.
Para enfrentarse a nuestra enemiga, es importante saber distinguir los tipos de celulitis que existen. La celulitis blanda es la primera fase, que presenta un aspecto fláccido y un tacto frío y pastoso de la piel. Es la celulitis más fácil de tratar; normalmente (aunque no siempre) va acompañada de sobrepeso, y una buena alimentación unida al ejercicio físico pueden mejorarla considerablemente.
La siguiente forma que toma esta patología es la de celulitis edematosa. Las depresiones características de la “piel de naranja” son más pronunciadas, y cuando las apretamos, permanecen unos segundos en la piel. Esta fase es más complicada de tratar, y suele requerir ya tratamientos de cirugía o drenaje linfático.
La última forma es la celulitis dura o compacta, que supone ya una intensa degradación del organismo. De aspecto opaco y violáceo, si la presionamos sentimos dolor. Requiere la intervención de un médico y un tratamiento severo, quirúrgico y nutricional.
Las cremas, las dietas yel ejercicio pueden servirnos de ayuda en la fase inicial de su aparición; sobre todo, la ingesta abundante de agua, verduras y frutas, y ejercicios como el spinning o la natación. ¡Plántale cara a la piel de naranja!
Via: detusalud