Seguro que en más de una ocasión nos hemos quedado estancados a la hora de realizar un entrenamiento. Se trata de una sensación extraña que muchos hemos experimentado por la que el peso que levantamos no es suficiente para seguir evolucionando, ya que lo movemos con mucha facilidad, pero la carga inmediatamente siguiente no podemos levantarla porque nos falta fuerza. Esto nos hace estar condenados a levantar el mismo peso siempre y no evolucionar. Por ello queremos dar algunas pautas sencillas para ir aumentando la fuerza y el desarrollo muscular con ella.
Una manera de conseguir evolucionar es concentrar al máximo el ejercicio en los músculos trabajados. Para lograrlo que vamos a hacer es simplemente realizar la misma rutina de entrenamiento que siempre, pero con pesos más livianos, ya que esta forma de entrenar nos obligará a aguantar durante todo el ejercicio la tensión, tanto en la fase positiva como en al negativa. A simple vista muchas personas desconfiarían de esta manera de entrenar, ya que en su cabeza no conciben el entrenamiento con cargas moderadas para desarrollar las fibras.
El motivo por el que esta manera de entrenar funciona es que normalmente cuando realizamos los ejercicios con pesos elevados lo que hacemos es bajar rápido en la fase negativa para volver al comienzo del ejercicio. Este descenso hace que perdamos tensión en los músculos implicados. En cambio, al entrenar de esta manera que os recomendamos lo que conseguimos es una mayor tensión muscular, porque estamos trabajando los músculos a lo largo de todo el movimiento. Es cierto que la carga es menor, y que el movimiento es más lento, pero es precisamente eso lo que hace que esta manera de entrenar sea tan efectiva si lo que queremos lograr es un desarrollo óptimo de toda la musculatura del cuerpo.