Olvidamos decir y cuidar lo que bebemos pero sabemos que muchos líquidos no poseen nulo valor nutritivo o energético, por eso, a continuación te contamos por qué debemos controlar las calorías que bebemos y cuánto pueden influir las mismas en nuestro organismo.
La realidad es que las calorías que bebemos pueden afectar mucho más de lo imaginado nuestro balance energético, contribuyendo así, a ganar peso y grasa corporal que después se traduce en enfermedad. Además, muchas bebidas no son más que fuente de calorías vacías, como algunas bebidas alcohólicas o los refrescos que brindan gran cantidad de azúcar.
El azúcar bebido aporta muchas calorías, pero no percibimos saciedad ni saboreamos su consumo, es decir, no podemos sentir el placer que sentimos comiendo un alimento sólido, por ejemplo un pastel, con similar cantidad de azúcar. Entonces, puede desequilibrar grandemente nuestra dieta.
Algo similar sucede con las bebidas alcohólicas, pues es frecuente escuchar decir que engordamos pero comemos poco, pero la mayor parte de las calorías diarias y que llevan a un balance calórico positivo, puede estar dado por las bebidas ingeridas.
De hecho, muchos de los consumidores habituales de refrescos azucarados perderían peso con solo suprimir su ingesta por una semana.
Entonces, podemos ver que las calorías que bebemos pueden influir grandemente en nosotros al afectar la calidad de la alimentación y por eso, debemos controlarlas tal como hacemos con las calorías sólidas que consumimos a diario.
Además de las calorías, es importante ver de dónde vienen las mismas, pues no será lo mismo un zumo de naranja recién exprimido que además de azúcares nos ofrece variedad de vitaminas y minerales, que un vaso de refresco azucarado que sólo nos ofrece azúcar y otros químicos sin nutrientes valiosos para el organismo.