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21 de octubre de 2010

El poder de las mancuernas

Las mancuernas no solo sirven para construir músculos; también son la mayor arma al servicio del hombre en la lucha contra el exceso de peso, el envejecimiento, la depresión, la irritabilidad y hasta la estupidez. Es decir, esos objetos de hierro colados deberían ser considerados y mucho tanto en el gimnasio o para tenerlos en casa. Ellas son poderosas aliadas de la salud física y mental. En realidad las mancuernas podrían ser consideradas las más eficientes herramientas de ejercicios inventadas. Un simple par de pesas ayuda a todo hombre a ganar fuerza y vigor físico, una cintura más fina y hasta la adoptar una actitud optimista ante la vida.

"Si necesito ayudar alguien a perder 5 kilos, prefiero usar un par de mancuernas, y no una esterilla", cita el entrenador Lou Schuler; autor de varios libros sobre fitness y nutrición, como The New Rules of Lifting (Las Nuevas Reglas del Levantamiento de Pesas) y The Men's Health Home Workout Bible (La Biblia para entrenar en casa).

Los médicos hoy podrían prescribir un buen par de mancuernas (o algunos pares, con diferentes cargas) para combatir diversas enfermedades y tener una oportunidad razonable de acertar en el tratamiento. Como cualquier medicamento, sin embargo, ellas sólo funcionan cuando son bien utilizadas.

Si se adopta un estilo de vida moderno en el trabajo y no se levanta el trasero de la silla por todo el día y, en casa, se echa en el sofá con el control remoto en la mano fatalmente se va a entrara al grupo de riesgo de tener infarto; o desarrollar una condición dolorosa como la artritis.

Varios tipos de cáncer, como los de colon, riñón y recto, también están siendo asociados a la falta de ejercicio, al exceso de peso o a la combinación de los dos factores.

Muchos de esos problemas son consecuencias de la pérdida gradual de fuerza, función y flexibilidad de los músculos, como resultado de la vida sedentaria. Cuando la musculatura pierde su tono muscular, el metabolismo disminuye, la grasa aumenta y el cuerpo se queda menos resistente.

El ejercicio regular con mancuernas mejora la circulación sanguínea y activa el sistema cardiovascular para oxigenar los músculos (lo que disminuye el riesgo de infarto), aumenta la tolerancia a la glucosa (que reduce el peligro de diabetes), fortalece los músculos que dan sostenibilidad a las articulaciones (alejando el riesgo de artritis) y previene el cáncer de colon, directamente ligago al sedentarismo.

Entrenar con mancuernas oxigena los tejidos y disminuye la tasa de grasa en la sangre.

Si nunca se levantó pesas, los músculos del cuerpo llegan al pico a los 25 años. Después de los 30, empiezan a encogerse y ganar más grasa entre las fibras. A partir de los 40, ya se estará perdiendo 1% de masa muscular por año. Los estudios están mostrando que entrenar con mancuernas aumenta la resistencia, la masa muscular y disminuye la grasa corporal a cualquier edad. Tanto que, hoy, la musculación es considerada la actividad física ideal en la tercera edad por combatir la pérdida muscular y fortalecer huesos y articulaciones. Si no se quiere llegar a los 70 años gimiendo para levantarse de la silla, es mejor tomar dos mancuernas en la casa o ir al gimnasio para divertirse y mejorar el acondicionamiento físico.

En el gimnasio, las mancuernas pueden ser más versátiles que los aparatos; ellas accionan otros grupos musculares más de aquel que se está ejercitando, al final, se necesita de apoyo para estabilizar el movimiento principal, lo que contribuye también para mejorar el equilibrio.

Los investigadores ya probaron que la práctica de ejercicios físicos es capaz de aliviar la ansiedad y la depresión. Durante e inmediatamente tras la actividad física, el cerebro libera en el torrente sanguíneo endorfinas; sustancias calmantes que promueven en todo el cuerpo una sensación de relajación, tranquilidad y bienestar.

Inicialmente, este efecto positivo era atribuido sólo a la práctica de ejercicios aeróbicos, las corridas, caminatas y natación, pero los investigadores ya extendieron los beneficios también al trabajo realizado con el apoyo de las mancuernas. "La musculación ejerce exactamente el mismo efecto positivo sobre el humor que los trabajos aeróbicos", garantiza John B. Bartholomew, autor de un estudio sobre el tema en la Universidad de Texas (EE UU).

La investigación norteamericana comprobó que justo después de un entrenamiento pesado con mancuernas hay un periodo de cierto incomodidad en el cuerpo. Sin embargo, pasado ese tiempo inicial, la sensación que se establece es bastante semejante a la que es dejada por los ejercicios aeróbicos con la liberación de las endorfinas en la sangre por el cerebro. Es por esa razón que el practicante de musculación se siente de bien en su vida, con una sonrisa que va de oreja a oreja.

El cerebro también se hace más ágil cuando se entrena con las mancuernas, debido a que mejora el enfoque y el equilibrio al levantar los pesos libres y ejecutar movimientos sincronizados.

Cuando se hace ejercicios intensos y desafiadores, se pone también al cerebro a trabajar. Partes de la corteza cerebral entran en acción, creando sinapsis (conexiones entre las neuronas) más complejas. En esa reconfiguración de las neuronas está la clave para mantener la cabeza tan saludable (y joven) como el cuerpo. "Cuánto más activo sea el cerebro, menor será el riesgo de desarrollar enfermedades degenerativas, como el mal de Alzheimer", afirma Joe Signorole, investigador del área de Ejercicios de la Universidad de Miami (EE UU).

Las mancuernas, por lo tanto, son herramientas eficientes para entrenar también la masa gris. Al ejercitarse con las barras libres y en los aparatos, se progresa haciendo las secuencias de ejercicios con cargas más pesadas, pero los patrones neurológicos del cerebro cambian muy poco. Con las mancuernas, se acciona simultáneamente varios grupos musculares, dando más trabajo tanto al cuerpo como al cerebro.