Aunque la degradación de las proteínas comience en la boca a través del acto mecánico de la masticación no ocurre casi ninguna digestión en ese sitio; en realidad la proteína masticada pasa al estómago donde ocurre la digestión y degradación a través del ácido clorhídrico y de la enzima enzima pepsinógeno, el ácido clorhídrico se sintetiza en células parietales del estómago mantando algunas bacterias, desnaturalizando a las proteínas y activando el pepsinógeno para convertirlo en pepsina e iniciar la hidrólisis enzimática proteica.
Una gran parte de su digestión ocurre en el intestino delgado donde la proteína es degradada en cadenas cada vez más pequeñas de aminoácidos que son los bloques de construcción de la proteína; este proceso se realiza a través de una variedad de enzimas que actúan como tijeras ayudando a digerir la proteína cortando las cadenas en partes cada vez más pequeñas.
Antes de la absorción para que vayan al torrente sanguíneo, las proteínas enteras son desintegradas para suministrar aminoácidos individuales juntamente con dos y tres cadenas de los mismos denominados di- y tri-péptidos con una degradación adicional que ocurre en las propias células intestinales liberando posteriormente aminoácidos individuales en el torrente sanguíneo.
Los aminoácidos con más de tres cadenas no son absorvidos en forma apreciable pero en ciertos casos pasan algunas que en ciertas situaciones logran poner al organismo fuera de su funcionamiento normal comprometiendo al intestino.
En cierto grado el intestino está configurado para no permitir la entrada de grandes cadenas de proteínas en el torrente sanguíneo y el cuerpo humano tiene la tendencia de lanzar respuestas inmunológicas/alérgicas a la presencia de proteínas no digeridas; es por ello que muchos de los productos sintéticos no naturales o muchos medicamentos perjudican al practicante de musculación haciendo que el cuerpo funcione de manera extraña y a largo plazo destruir al organismo.
Pero no toda la proteína ingerida va al torrente sanguíneo después de la digestión porque ningún proceso del cuerpo humano trabaja con 100% de eficacia y este es uno de ellos; por varias razones una determinada proporción de todos los nutrientes ingeridos se escapa de la digestión y pasan por medio del intestino para luego ser expulsados, la grasa normalmente es absorvida en un 97% y los hidratos varían dependiendo del tipo.
La digestibilidad de las proteínas
Ciertas investigaciones definieron la digestibilidad de la proteína como la cantidad de proteína absorbida por el cuerpo en relación a la cantidad que fue consumida; muchos realmente miden la absorción y la excreción de nitrógeno más que la proteína o aminoácidos por sí solos.
Si podemos comparar vemos que el huevo tiene 97% de digestibilidad, leche y queso 97%, manteca de almendras 95%, carne y peces 94%, trigo integral 86%, avena 86%, soja 78% o el arroz 76% lo que se contrapone a las afirmaciones vegetarianas ocasionales, observando que las proteínas de origen vegetal tienen menor digestibilidad que las proteínas de origen animal.
Si una persona consume 50 gramos de proteínas e inmediatamente ver la cantidad que se excreta significaría que los que quedan son realmente absorvidos relacionándose a su porcentaje (si quedan 45 gramos absorvidos/50 gramos ingeridos esto representa 90% de digestibilidad) y esto aún es controversial.
La tecnología de la suplementación enconces busca siempre llegar a un máximo de capacidad de digestibilidad combinando fuentes proteicas de calidad, el poder de las matrices herbales y algunas enzimas que potencian los procesos digestivos.
Los vegetarianos ignoran algunas investigaciones sobre el tema afirmando que las proteínas vegetales tienen una mayor digestibilidad que las de origen animal empezando el juego del ping-pong.
Para mejorar la calidad de los suplementos se usan procesos como la microfiltración por flujo cruzado (CFM) que garantiza la biodisponibilidad original de la proteína sin desnaturalizarla, así como un alto valor biológico y una gran presencia de péptidos de suero (pequeñas cadenas de aminoácidos) las cuales favorecen la asimilación; esto da como resultado un aminograma equilibrado para todos aquellos atletas que no sólo quieren una proteína que mantenga altos los niveles de nitrógeno y protega al músculo, sino que además resulte deliciosa y muy fácil de digerir.
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