Según demuestra un estudio neerlandés sobre el gasto energético durante el ejercicio físico, sólo el ejercicio deportivo moderado favorece el consumo de energía.
Por lo tanto, es inútil buscar un sobreesfuerzo intenso, puesto que no se quemarán más grasas. Al contrario, lo mejor es realizar una actividad física razonable y regular.
El equipo de científicos demostró que una actividad física moderada y frecuente estimula mejor el gasto energético que si se realizan ejercicios intensos, y con menor regularidad.
El esfuerzo intenso
Para la realización de este estudio, se tomó como referencia a 30 adultos que no eran obesos. Después de haber definido tres tipos de ejercicios, en función de su intensidad, baja: (tumbado, sentado o de pie); moderada (andar, bicicleta); elevada (trabajos domésticos, gimnasia, deporte), el nivel de actividad de cada una de estas personas fue calculado.
Los resultados demostraron que sólo los ejercicios de intensidad moderada, como caminar, montar en bicicleta, posibilitaban una quema de colorías elevada.
El débil impacto de un esfuerzo intenso ya había sido demostrado en las personas obesas. No sólo no se aumenta la pérdida de peso obtenida por un régimen alimenticio, sino que su coste de energía era compensado por un ahorro de calorías fuera de los períodos de actividad.
Ejercicio moderado y frecuente
Al parecer, la proporción de tiempo distribuido entre las actividades bajas y moderadas es la que determina el gasto energético total y por lo tanto el valor del nivel de ejercicio físico.
En otras palabras, se debe practicar regularmente un deporte de intensidad moderada, y no puntual para obtener un equilibrio durante los períodos de actividad baja.
Mejorar el nivel global de ejercicio en este sentido debería aportar beneficios sobre la salud, puesto que el gasto energético es mayor, y el riesgo de engordar se reduce sensiblemente. Así pues, cuidado con los excesos.
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