5 claves para lograrlo
1.Lo primero y más importante es hidratarse bien. Si te deshidratas, baja tu rendimiento y supondrá una disminución de otros sistemas como el inmune, metabólico, etc. Ley de oro: beber aunque no tengas sed...
2. Dale gasolina a tus músculos para que mantengan su ritmo de contracción. La gasolina de tus músculos se llama glucógeno y el cuerpo lo forma a través de los carbohidratos de la dieta. Una dieta hipocalórica no servirá ni para rendir, ni para quemar grasa, ya que si el cuerpo no mantiene una duración determinada de ejercicio no llegará a utiliza las grasas como combustible. Evita comer justo antes de tus sesiones, las ingestas importantes son las de las horas previas o justo después del entrenamiento.
3. Evita las bebidas excesivamente azucaradas como los zumos, el agua es la mejor opción, si el ejercicio es de larga duración usa una bebidas isotónicas.
4. Si vas a realizar ejercicio a primera hora de la mañana, puedes entrenar sin desayunar sin ningún problema, siempre y cuando el resto de tu dieta a lo largo del día sea correcta. En personas desentrenadas un ejercicio moderado a intenso en ayunas puede provocar hipoglucemias; sin embargo, en personas ya entrenadas su organismo tiene adaptaciones suficientes como para obtener energía de sustratos alternativos como la grasa.
5. En periodos de altas frecuencias de entrenamiento, presta atención a las ingestas postentrenamiento. Son claves para acelerar la recuperación y te recomendamos los suplementos de carbohidratos y proteínas (70/30%). Vienen preparados para el consumo rápido, aportan los nutrientes vitaminas y minerales necesarios, el proceso digestivo es muy rápido, se asimilan muy bien, recargan al músculo rápidamente de glucógeno, hidratan, etc.
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