-
-
1010101010101

5 de marzo de 2013

Adelgazar: ¿Un mes de ejercicio y no bajo peso?

Muchas personas que deciden comenzar a realizar ejercicio físico con el fin de adelgazar, se encuentran con el mismo problema cuando, después de unas semanas de sudor y sufrimiento, se colocan sobre la báscula y descubren, sorprendentemente, que no han conseguido rebajar casi nada de peso o que incluso éste ha aumentado. Por lo tanto, y si se atienen a los resultados de la báscula, estas personas pueden convencerse de que el ejercicio no es el método más eficaz para reducir el peso y el desánimo les lleva a abandonar la actividad física.

Hay una serie de razones por las que una persona no baja de peso durante las primeras semanas de un programa de reducción de peso, y también por las que bajar de peso se hace cada vez más difícil después de una pérdida importante de peso en las primeras etapas del programa. Cuando una persona sedentaria comienza a hacer ejercicio, su cuerpo reacciona al mismo para adaptarse a las demandas que requiere el ejercicio:
  • Hipertrofia de las células musculares que provocan un aumento del tamaño muscular; el aumento de proteína en el músculo conllevará una retención de agua.
  • Aumento de estructuras y enzimas involucradas en el uso del oxígeno a nivel celular.
  • Aumento de glucógeno, y por lo tanto de su agua asociada, dentro de la célula muscular.
  • Aumento del grosor y la dureza del tejido conectivo
  • Aumento del volumen de sangre total, con un incremento de hasta 500 ml en en una semana
Todas estas adaptaciones del cuerpo al ejercicio provocarían un aumento de peso significativo, pero es contrarrestado por una disminución de las reserva corporal de grasa conforme se use como fuente de energía para el ejercicio. En términos generales se produce un aumento en el agua corporal y la masa corporal magra y una disminución de la grasa corporal. Así pues, como unas adaptaciones contrarrestan a otras es muy probable que la persona no modifique su peso durante las primeras semanas de ejercicio. Sin embargo no hay que obviar el cambio favorable que se produce en la composición corporal.

Después de aproximadamente un mes, tiempo en el que suceden estos fenómenos de adaptación del cuerpo al ejercicio, el peso corporal disminuirá en relación con el número de calorías quemadas con el ejercicio, pudiendo llegar a bajar casi un kilo y medio al mes, aumentado el gasto energético en 300 kcal al día, siempre y cuando este gasto no se compense comiendo más. Pasados varios meses el peso tiende a estabilizarse a pesar de seguir realizando ejercicio y no haber llegado el peso objetivo. Si pesamos menos, gastamos menos calorías realizando el mismo tipo de ejercicio, sin olvidar que el cuerpo tiene mayor eficiencia en el desarrollo de dicho ejercicio y ayuda también a alcanzar ese punto de estabilización. Esto es más evidente en deportes que requieren cierta habilidad y técnica en la ejecución, como puede ser la natación.

Por lo tanto, y a modo de resumen, durante la primera etapa de nuestro programa de ejercicio puede que no cambie nuestro peso corporal, pero sí nuestra composición corporal, para después empezar a bajar peso en una segunda etapa y por último estabilizarse en una tercera y última etapa, por lo que si se quisiera seguir bajando de peso tendríamos que aumentar la cantidad de ejercicio y/o introducir novedades y cambios en nuestro programa de ejercicio para reducir la eficiencia energética.