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17 de marzo de 2008
Intensidad, volumen y frecuencia
Lógicamente, muchos de los que se embarcan en un programa de entrenamiento de resistencia desconocen la terminología específica del ejercicio con pesas, por lo que empiezan a estudiar este deporte y se documentan en varias fuentes en las que se describe una gran variedad de metodologías, aunque ninguna de ellas aparece como la fórmula perfecta. Además, en cuanto pretenden trasladar los conocimientos que han adquirido a la práctica, se encuentran con que un pequeño error de comprensión les puede llevar a confusión.
La mayoría de principiantes no necesitan estudiar durante años para saber que deben ejercitarse con peso si quieren ganar músculo y dar forma a su cuerpo. Lo que realmente les crea dificultades es comprender toda la terminología y las técnicas relacionadas con el levantamiento de pesas. Al adquirir estos conocimientos, entenderán todo lo que lean y lograrán elaborar una estrategia eficaz. Si no, la calidad de su entrenamiento puede quedar reducida a la mitad. Si tenemos esto en cuenta y, ya que tenéis que pasar cada día una hora en el gimnasio, quizá merezca la pena dedicar al menos media hora más a leer sobre nutrición y ejercicio. Cuanto más cercanos os parezcan los términos, más capacidad tendréis para llevar aquello que estáis leyendo a la práctica.
Cuando os documentéis sobre el entrenamiento con peso, os encontraréis con tres términos clave: intensidad, volumen y frecuencia. Estos tres conceptos son los más importantes, ya que os influirán, en gran medida, en el modo en que desarrolláis vuestro entrenamiento, y os veréis obligados a modificarlos a medida que vayáis progresando. El programa que confeccionéis debe ser dinámico si queréis mejorar de manera escalonada y, en función de cómo cambiéis estos factores, obtendréis un resultado u otro en vuestro cuerpo. Si os equivocáis a la hora de modificar alguno de ellos, no mejoraréis a un ritmo tan elevado.
De hecho, en el ámbito del entrenamiento con pesos, el término intensidad tiene dos acepciones. Por un lado, se define como la cantidad de fuerza necesaria para levantar peso. Por otro, se trata del peso total levantado. En consecuencia, al levantar 100 kilos, necesitaríais más intensidad (fuerza) que si tuvierais que mover 50 kilos. En este caso, el volumen y la frecuencia no influyen en la intensidad ya que, lo mires como lo mires, 100 kilos requieren más fuerza que 50.
En cambio, en el culturismo se utiliza el término intensidad para referirse a la cantidad de trabajo realizado en función del tiempo. No es necesario reducir el volumen o la frecuencia del ejercicio, simplemente tenéis que disminuir el tiempo de descanso entre repeticiones. Un culturista veterano puede lograr que 50 kilos parezcan 100 tan sólo ajustando la intensidad del ejercicio. Por ejemplo, los que entrenan con mucho peso se toman un descanso de tres minutos entre series para recuperarse. Supongamos que 100 kilos es el peso máximo que un atleta puede mover si el tiempo de descanso entre series es de tres minutos. Ahora bien, sin cambiar la cantidad de repeticiones y series (volumen), e incluso si entrena cada grupo muscular las mismas veces por semana (frecuencia), puede obtener los mismos resultados con 50 kilos al reducir el tiempo de recuperación a 30-45 segundos entre series. El músculo no descansa tanto, por lo que debe trabajar al mismo nivel para seguir entrenando, aunque levante menos peso. Además, a partir de la tercera serie parecerán pesas de 100 Kilos. Muchos entrenadores con experiencia utilizan este método para evitar lesiones de las articulaciones y los ligamentos, ya que al no tener que utilizar siempre mucho peso, las estructuras articulares sufren en menor medida. Aún así, el ejercicio requiere un esfuerzo enorme.