En el gimnasio es común ver como muchas personas hacen interminables series de ejercicios abdominales, esto ocurre porque cuando la barriga sobresale un poco la primera reacción es hacer abdominales.
Error. Este tipo de ejercicio sirve para tonificar y endurecer, pero no adelgaza. Es un hecho constatado. Para deshacerse de los molestos y antiestéticos michelines o “asas del amor”, es aconsejable combinar dieta y ejercicio, sin olvidar que la grasa no se reduce de forma localizada.
Lo dicho: No se puede eliminar la grasa de una forma localizada, lo que sí es cierto es que cuando se practica ejercicio, el cuerpo quema grasa de la zona donde más se acumula.
El cuerpo tiene diferentes almacenes de grasa: en los brazos, en el abdomen, en las caderas, y cuando empezamos a quemarla, acude al almacén donde haya más, siendo la primera que metaboliza.
Basta con sencillos gestos para empezar a ver resultados. Para empezar puedes caminar treinta minutos al día. La actividad física ayuda a perder con más intensidad la grasa abdominal, pero no debe ser excesiva porque puede llegar a aburrir.
Muévete para incrementar el gasto calórico
No hay que olvidar que la idea es aumentar el gasto calórico, cualquier tipo de ejercicio vendría bien, al fin y al cabo lo que interesa es moverse.
Si practicas actividades cardiovasculares como correr, andar, nadar o montar en bicicleta, lo recomendable es dedicar al menos 40 minutos, ya que a partir de los primeros 20 minutos la grasa empieza a quemarse. Ahora bien, la combustión sólo se produce mientras se realiza el ejercicio; por su parte, la tonificación, con pesas activa el metabolismo, haciendo que funcione incluso fuera del gimnasio.
Entrenar abdominales correctamente
La caja abdominal es un grupo músculo-esquelético como lo puedan ser el pectoral, el dorsal o el cuádriceps, y como tal debe ser tratado. De la misma forma que en un entrenamiento no hacemos quinientas repeticiones de pectoral, no tiene sentido tampoco hacer quinientas abdominales.
La clave para reducir grasa abdominal está en tres pilares fundamentales: tonificación, ejercicio cardiovascular y alimentación.
No en vano, hay quien regularmente practica deporte, pero no consigue deshacerse del indeseado michelín. En estos casos, la dieta es crucial.
La genética juega un punto muy importante, pero lo que en última instancia nos permitirá limpiarnos de la grasa sobrante es la alimentación.
Otra cosa es buscar el músculo, con el entrenamiento podremos hacer que el músculo se haga más o menos grande, pero definirlo dependerá de la cantidad de grasa que lo recubra. En este sentido, por muchos abdominales que se hagan, no se marcarán. Lógicamente, a mayor cantidad de grasa, menos se verá el músculo.
Optimizar los resultados
Para ello cual fórmula milagrosa, muchos recurren a la gimnasia pasiva o electroestimulación; en realidad sólo funciona como complemento; es un plus al ejercicio, como las plataformas vibratorias que están tan de moda.
Ya no hay excusas, la solución está en mejorar el uso del tiempo, la práctica de ejercicio no sólo contribuye a perder peso, sino a reducir el nivel de estrés, culpable también de los excesos de peso.
Es suficiente animarse cinco o seis días a la semana, con ello se obtienen beneficios. La actividad física pone en marcha las beta-endorfinas, hormonas responsables de las sensaciones de tranquilidad, relajación y felicidad.
Para comenzar tu programa de entrenamiento puedes consultar la guía de entrenamiento para principiantes, para profundizar en el tema y lograr mejores resultados están el Plan para Eliminar la Panza y la guía sobre ciclado de carbohidratos para optimizar los resultados a través de la alimentación.
Via: puntofape
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