
Conocer el gimnasio en el que estamos y controlar los diferentes pesos y aparatos que tenemos a nuestra disposición es esencial a la hora de trabajar correctamente las diferentes partes del cuerpo. El control del espacio y las herramientas para lograrlo es la base de un correcto trabajo corporal. Para cumplir con esta misión estarían los monitores de sala, pero llega un momento en el que debemos ser nosotros los que estemos al frente de todo.
Para conseguir un control absoluto sobre los diferentes espacios del gimnasio es necesario que antes de nada nos familiaricemos con lo que nos va a rodear. Al fin y al cabo todos los aparatos suelen estar organizados por grupos musculares y casi todos trabajan de la misma manera. Lo que pasa que cada fabricante tiene unas características. Por ello es importante que nos tomemos nuestro tiempo para aclimatarnos a los movimientos, rutinas de entrenamiento y nuestra fisionomía, pues siempre es necesario que adaptemos a la perfección cada carga y cada máquina para no incurrir en errores que nos pueden costar una lesión.
Esta adaptación y conocimiento del entorno nos impedirá comenzar a entrenar a tope con la tabla de entrenamiento. Recomendamos al menos un par de jornadas de adaptación, aunque lo ideal es que la primera semana en al que apliquemos la tabla de entrenamiento simplemente nos familiaricemos con el nuevo gimnasio y las nuevas máquinas. Es esencial que adoptemos las posturas y sepamos donde está cada aparato y cada peso para así en semanas siguientes poder entrenar sin ningún problema. Desde luego que preguntar a las personas que ya llevan más tiempo entrenando en esa sala, o a los monitores será de gran ayuda para aprender a utilizar las máquinas que tenemos a nuestra disposición.