1. Quinoa
Proporciona el doble de proteínas que cualquier otro cereal. Además,
tiene el mismo valor biológico que las procedentes de la carne, el
pescado o los huevos. Por si fuera poco, la quinoa contiene todos los
aminoácidos esenciales.
Pruébalo así
Puede consumirse tal cual, hervida, en forma de harina, en cereales, en
galletas o, incluso, como cerveza. Consúmela como quieras.
2. Ternera alimentada en pastos
Si hablamos de desarrollo muscular, la proteína pura es insuperable.
Esta carne de ternera contiene ácido linoleico conjugado que, según
varios estudios, ayuda a reducir la grasa del vientre y a desarrollar
músculo.
Además, reduce la hipertensión, y posee efectos antioxidantes y anticancerígenos.
Pruébalo así
Toma unos 200-225g de carne magra (falda o filete) a la semana. Elige
siempre variedades que cuenten con algún sello que avale su calidad:
Carne de Ávila, Morucha de Salamanca, Ternera Gallega...
3. Ricotta
Este queso blando es rico en aminoácidos, que aceleran la recuperación
muscular tras el ejercicio. Si no te gusta, sustitúyelo por un lácteo
descremado, que, como apunta la doctora María Gummà, máster en nutrición y ciencia de los alimentos, “además de contar con gran cantidad de aminoácidos, aporta una buena dosis de calcio sin pagar el peaje de la grasa animal”.
Pruébalo así
Pruébalo con mermelada, o en batidos con leche desnatada y fruta. También es delicioso con aceite de oliva y una pizca de sal.
4. Tofu
La proteína vegetal no tiene porque ser patrimonio exclusivo de
vegetarianos recalcitrantes. El tofu proporciona una buena dosis de
aminoácidos, además de isoflavonas, que ayudan a la musculatura a recuperarse del ejercicio.
Por otro lado, este derivado de la soja ayuda a controlar los niveles de colesterol.
Pruébalo así
Procura tomar tres raciones a la semana (1 ración=100 gramos). Una forma
fácil de incorporarlo a tu dieta es añadirlo, cortado en dados, a las ensaladas.
5. Lentejas
“Son una fuente de proteínas vegetales, de menor calidad que las de
origen animal, pero sin aporte de grasas saturadas”, señala Gummà.
Además, ayudan a perder peso.
Según ha puesto de manifiesto un estudio del Instituto Cochrane, es más fácil adelgazar cuando se sigue una dieta rica en alimentos como las lentejas, que liberan la energía lentamente.
Yolanda Serra, experta en dietética y nutrición, añade que “contienen sustancias que fortalecen las arterias, previniendo la enfermedades coronarias”.
Pruébalo así
Lourdes Martínez-Piñeiro, diplomada en nutrición humana y dietética,
recuerda que “cuando se consumen lentejas, garbanzos o judías blancas,
siempre es necesario complementarlas con arroz, con una ensalada con
pimiento crudo y tomate, o con un postre que sea un cítrico rico en
vitamina C; así, la proteína vegetal se
6. Huevo
Es el alimento que contiene las proteínas más completas y de mayor valor
biológico. Además, su yema aporta cantidades apreciables de hierro,
fósforo, zinc, selenio, sodio, y vitaminas A, B2, B12, D y E. Contiene
colina, nutriente que favorece el buen funcionamiento del cerebro.
Pruébalo así...
Toma tres o cuatro raciones por semana, en el desayuno o como sustituto
de la proteína en otras comidas. Al hervirlo, las proteínas se coagulan y
se vuelven más digeribles; aunque si la cocción es prolongada puede
alterarse su contenido vitamínico. Frito, revuelto o en tortilla
mantiene intactas todas sus propiedades.
7. Yogur
Según una investigación de la Universidad Kyushu de Fukuoka (Japón), el
yogur natural puede ser útil para combatir la halitosis, la caries y las
enfermedades de las encías.
Pruébalo así...
Prueba a mezclar 125g de yogur griego (más denso y, por tanto, más rico
en proteínas) con fruta. También puedes untar con él una pieza de pan de
pita y rellenarla después con pollo y cebolla.
8. Seitán
Originario de Japón, está elaborado con proteínas de trigo mezclada con
harina, pan rallado, especias, agua y salsa de soja. Muchos lo conocen,
por su aspecto, su textura y su alto contenido en proteínas, como la
“carne vegetal”. Además, aporta pocas calorías, es fácil de digerir y
ayuda a reducir el colesterol.
Pruébalo así...
Una de las formas clásicas de consumirlo es mezclarlo con algas tipo
kombu y con salsa de soja. El seitán se puede cocinar exactamente igual
que la carne: a la plancha, frito, rebozado, empanado, estofado...
9. Leche con cacao
Aunque no te lo creas, es muy saludable. De hecho, un estudio publicado
en la revista International Journal of Sport Nutrition and Exercise
Metabolism afirma que, cuando se trata de reponer la glucosa en los
músculos cansados es mucho más efectiva que las bebidas isotónicas.
Consumir dos cucharadas de cacao con la leche en cada desayuno ayuda a
prevenir el envejecimiento celular y a retrasar las enfermedades
cardiovasculares.
Pruébalo así...
Utiliza siempre leche desnatada, así disfrutarás de todos sus beneficios
sin que la grasa cause estragos en tu salud cardiovascular.
10. Salmón salvaje
Tiene un elevado contenido en ácidos grasos omega-3, básicos a la hora
de mantener el colesterol a raya. Y al haber crecido y alimentado en
libertad, su carne contiene menos químicos indeseables como el mercurio.
Pruébalo así...
Toma tres o cuatro raciones de 225g a la semana (mejor a la plancha).
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2 de febrero de 2013
El tiempo de tensión muscular es fundamental para la hipertrofia muscular
Ya se ha hablado en diversas ocasiones sobre la fisiología de la
hipertrofia o aumento de la masa muscular, pero hoy os traemos otro
artículo científico relacionado para entender por qué el tiempo de
tensión mecánica muscular es determinante para estimular la hipertrofia
muscular.
Los investigadores de la Universidad McMaster en Canada tienen claro que una contracción muscular prolongada es el estimulo más importante para el incremento de la fibra muscular.
En su estudio analizaron el efecto de un solo entrenamiento usando repeticiones lentas (6 segundos de subida y 6 segundos de bajada) o bien repeticiones rápidas (1 segundo de subida y 1 segundo de bajada).
Lo curioso del estudio es que utilizaron una intensidad ligera, de entorno al 30 por ciento de la repetición máima (30% 1RM). Los resultados del estudio concluyeron que la tasa de síntesis proteica era mayor con el entrenamiento de repeticiones lentas.
Por tanto concluyeron que efectivamente maximizar el tiempo bajo tensión muscular es la mejor forma para estimular el crecimiento muscular. Es sencillo entender como funciona esto: no es lo mismo realizar 10 repeticiones con un tempo de 1:1 (un total de 20 segundos cada serie) que realizar 10 repeticiones con un tempo de 1:4 por ejemplo (con un total de 50 segundos por serie).
No obstante, esta metodología de entrenamiento a velocidades más lentas no son la mejor manera de ganar fuerza, sobre todo en atletas de alto nivel o sujetos con mucha experiencia que necesitarían un trabajo más explosivo.
Los investigadores de la Universidad McMaster en Canada tienen claro que una contracción muscular prolongada es el estimulo más importante para el incremento de la fibra muscular.
En su estudio analizaron el efecto de un solo entrenamiento usando repeticiones lentas (6 segundos de subida y 6 segundos de bajada) o bien repeticiones rápidas (1 segundo de subida y 1 segundo de bajada).
Lo curioso del estudio es que utilizaron una intensidad ligera, de entorno al 30 por ciento de la repetición máima (30% 1RM). Los resultados del estudio concluyeron que la tasa de síntesis proteica era mayor con el entrenamiento de repeticiones lentas.
Por tanto concluyeron que efectivamente maximizar el tiempo bajo tensión muscular es la mejor forma para estimular el crecimiento muscular. Es sencillo entender como funciona esto: no es lo mismo realizar 10 repeticiones con un tempo de 1:1 (un total de 20 segundos cada serie) que realizar 10 repeticiones con un tempo de 1:4 por ejemplo (con un total de 50 segundos por serie).
No obstante, esta metodología de entrenamiento a velocidades más lentas no son la mejor manera de ganar fuerza, sobre todo en atletas de alto nivel o sujetos con mucha experiencia que necesitarían un trabajo más explosivo.
29 de enero de 2013
Ejercicios: Métodos para aumentar la intensidad de entrenamiento
La intensidad se define como el grado de esfuerzo o porcentaje de capacidad en un momento dado.
Incrementar gradualmente el peso que se levanta intensifica el estímulo que el músculo recibe en el punto de fallo durante la última repetición. De tal modo que si añades 5 kilos más en la sexta repetición máxima, tus músculos recibirán un estímulo mayor que el que han recibido en la sesión de trabajo previa.
Añadir resistencia eleva la intensidad, y el músculo irá más allá de su punto de fallo previo. Un estímulo mayor proporcionará un mayor desafío a los músculos. A medida que se van haciendo más fuertes, se van haciendo más grandes.
Procura añadir más carga a cada ejercicio cada dos a tres semanas. Sin embargo, debes tener en cuenta esto; el peso máximo es el que puedes levantar durante seis repeticiones utilizando una técnica perfecta. Realizar menos de seis repeticiones del peso máximo e intentar añadir después más resistencia comporta un alto riesgo de lesión.
Solamente cuando seas capaz de realizar 8 a 10 repeticiones correctas con el mayor peso posible, podrás incrementar de forma segura la resistencia en un 5 por ciento e intentar realizar las seis repeticiones con la nueva carga.
Añadir un ejercicio
Los grupos musculares mayores, como los del pecho, hombros y espalda, se benefician de muchos ejercicios que tienen como objetivo diferentes porciones del músculo. Trabajar el músculo desde diferentes ángulos intensifica el estímulo global, añadiendo fibras musculares adicionales a la acción.
Por ejemplo, una serie de press de banca horizontal realizada hasta el fallo no va a fatigar necesariamente las fibras musculares de la parte superior del pectoral. Añade un ejercicio inclinado para maximizar el estímulo de esta parte del músculo (porción clavicular).
De manera similar, el press de hombro recluta y fatiga la porción anterior del deltoides, pero los fascículos lateral y posterior permanecen relativamente inactivos. Para un completo desarrollo muscular, todas las fibras musculares deben ser reclutadas y fatigadas en todas las secciones del músculo.
Añadir ejercicios adicionales es un modo de asegurar la máxima intensidad en todas sus porciones. Pero recuerda que los movimientos nuevos sólo serán útiles si tienes como objetivo entrenar todas las porciones del músculo. Existe poco beneficio si añades otro ejercicio idéntico.
Acortar los intervalos de descanso
Cuanto menos tiempo descanse entre series y ejercicios, más intensa será la sesión de entrenamiento. Acortar los intervalos de descanso es un modo seguro y efectivo de elevar la intensidad.
Las fibras musculares fatigadas en la primera serie no tendrán tiempo para recuperarse; así que durante la segunda, el músculo deberá reclutar más fibras para mover la carga correspondiente.
Acortar los intervalos de descanso también quema más calorías, lo que es un excelente modo de desarrollar músculo y quemar grasa al mismo tiempo.
Prefatigar el músculo
Esta técnica se relaciona con la secuencia de los ejercicios. Emplea un ejercicio aislado para prefatigar a un músculo antes de pasar a un movimiento compuesto. En este caso se pretende reclutar y fatigar más fibras musculares y, por lo tanto, generar una respuesta de crecimiento más efectiva.
Realizando un ejercicio aislado se fatiga al músculo objetivo, de tal modo que cuando pase al ejercicio compuesto, el músculo fatigado en primer lugar fallará antes que los músculos secundarios más pequeños.
Por ejemplo, realiza aperturas con mancuernas para prefatigar a los pectorales antes de realizar el press de banca. Esto asegurará que los músculos del pecho fallen antes de estimular al tríceps, que asiste en los movimientos de press. No podrás terminar la serie de press de banca si el tríceps ha alcanzado el punto de fallo antes que el pectoral.
De manera similar, prefatigar el deltoides con elevaciones laterales hace que el trabajo de este músculo sea más duro durante el press de hombro, dejando de reserva al músculo tríceps, más débil.
Añadir superseries
Una superserie implica realizar dos ejercicios de manera continua, sin intervalo de descanso. Esencialmente, esta técnica lleva el concepto de prefatiga al nivel más alto de intensidad. La diferencia es que no da al músculo tiempo de descanso entre dos ejercicios.
Procediendo inmediatamente a la segunda serie, se fuerzan a trabajar fibras musculares adicionales después de que las otras fibras ya han fallado por completo. La segunda serie eleva la intensidad llevando al músculo más allá del fallo.
Cuando realizas una superserie de dos ejercicios del mismo grupo muscular, el tiempo total bajo tensión aumenta, y puede estimular diferentes fibras musculares cuando pasa de un ejercicio al otro. Esto activa un mayor porcentaje de área muscular, lo cual estimula un crecimiento extra.
Añadir series descendentes
Las series descendentes son un método de extender un ejercicio más allá del fallo, reduciendo progresivamente el peso, de tal modo que puedas realizar más repeticiones. Cuando alcances el fallo muscular al final de una serie, disminuye inmediatamente la resistencia en un 25-40 por ciento y continúa el ejercicio, realizando unas pocas repeticiones más hasta alcanzar el fallo muscular con ese menor peso.
Descansa sólo unos segundos y vuelve a reducir el peso.
Las series descendentes se realizan fácilmente en máquinas, donde todo lo que se necesita hacer es colocar la clavija del peso en un nivel de peso menor. Durante los ejercicios con barra, los discos deben reemplazarse de la barra. Para añadir intensidad, haga varias series descendentes sucesivas (series de descenso doble o triple), reduciendo el peso cada vez que alcance el fallo muscular momentáneo.
También puede hacer este tipo de series con mancuernas. Cada vez que el músculo falla, utiliza mancuernas progresivamente más ligeras, sin detenerte hasta que los músculos estén completamente fatigados.
Éste es un método excelente para «aniquilar» al deltoides con elevaciones laterales con mancuernas. Supongamos que realiza series hasta el fallo en la octava repetición con 15 kilos; cambia inmediatamente después a mancuernas de 10 kilos, y continúa el ejercicio otra vez hasta el fallo. A continuación, sigue con mancuernas de 5 kilos (y así sucesivamente), continuando el movimiento hasta que el músculo falle de nuevo. Cada vez que trabaje toda la progresión descendente de las cargas, ¡sentirás como si te estuvieran quemando con un soplete en los deltoides!
Cambiar el ritmo de las repeticiones
La velocidad con la que realizas una repetición afectará a la intensidad. Las realizadas a un ritmo rápido normalmente permiten la utilización de mayores pesos, pero la aceleración rápida introduce el factor impulso.
Demasiado impulso con repeticiones rápidas disminuye el esfuerzo muscular. Realizarlas lentamente reduce el impulso y maximiza la tensión muscular a todo lo largo del rango del movimiento.
Recuerda que lo que cuenta es el peso (o tensión) sobre el músculo, no el peso sobre la barra. Ralentizar el ritmo de las repeticiones es un método de aumentar la intensidad.
Esto no significa que debas practicar repeticiones lentas todo el tiempo pero el mejor método es variar el ritmo. Pasar de uno lento (dos segundos de bajada, dos segundos de subida) a otro rápido (un segundo de bajada, un segundo de subida) con lo que se implican diferentes fibras musculares, asegurando el máximo reclutamiento muscular.
Este efecto se ve también influenciado al cambiar la velocidad relativa de las fases positiva y negativa de la repetición. Ralentizar la fase positiva acentúa la contracción concéntrica (por ejemplo, dos segundos de bajada, cuatro segundos de subida), mientras que ralentizar la negativa acentúa la contracción excéntrica (por ejemplo, cuatros segundos de bajada, dos segundos de subida).
Para continuar añadiendo masa muscular y generar nuevos niveles de intensidad, el concepto de variación del ritmo de las repeticiones es muy importante.
Utilizar repeticiones con pausas de potencia
Una repetición pausada permite tirar pasado el punto de fallo muscular positivo, proporcionando al músculo unos pocos segundos de descanso en un modo de contracción isométrica estática. Cuando usted alcance el fallo muscular, al final de una serie, mantenga todavía el peso durante algunos segundos más.
La pausa de potencia puede hacerse en cualquier punto de la fase positiva de la repetición. Habiendo obtenido la ventaja de esos pocos y valiosos segundos de descanso, podrás realizar una repetición más pasado el punto de fallo. Utilizando la pausa de potencia, la serie se extiende más allá del fallo en un modo de «parada/inicio».
Utilizar repeticiones parciales
Por definición, el punto de fallo muscular ocurre cuando no se es capaz de completar la última repetición a través del rango de movimiento completo. Sin embargo, pese a no poder finalizar una repetición completa, el músculo todavía puede realizar una repetición parcial, en la que se practique sólo una parte del levantamiento.
Ese arco de movimiento más corto puede hacerse en cualquier parte de la repetición: al comienzo, en el punto medio o en la fase final. Normalmente, la repetición parcial se realiza dentro del rango en el que el músculo está más fuerte.
Por ejemplo, una repetición parcial durante un press de banca implica la primera fase del levantamiento, cuando se empuja la barra hacia arriba por encima del pecho.
Ésta es la fase en la que los pectorales generan la mayor potencia. De modo similar, durante un press de hombro, el deltoides se contrae con más fuerza durante la fase inicial. Como en todos los movimientos de press, el tríceps hace la mayor parte del trabajo cuando los brazos se aproximan a la posición de bloqueo.
En lugar de abandonar cuando no puedas realizar una repetición completa, hacer repeticiones parciales te permitirá llevar al músculo más allá del punto de fallo positivo.
Utilizar contracciones estáticas
Una contracción estática o isométrica es la fuerza generada en un músculo cuando no hay movimiento y el peso permanece quieto.
Debido a que la contracción isométrica es más fuerte que la concéntrica, cabe deducir que así se continuará la serie más allá del punto de fallo muscular concéntrico. Incluso aunque no puedas levantar más el peso, el músculo es capaz de mantener el peso estático.
Al forzar un pico de contracción estática en el músculo, éste tiene que continuar trabajando pasado el punto de fallo. Mantén el peso tanto tiempo como puedas hasta alcanzar el punto del fallo muscular isométrico. Finalmente, cuando el peso supera la fuerza isométrica, el músculo estará a punto de «estallar».
Añadir repeticiones negativas
La fase más fuerte de una repetición es la fase negativa de bajada del peso. Incluso aunque el músculo haya fallado durante la fase positiva y se haya fatigado durante una contracción estática, la mayor potencia de la contracción excéntrica es aún capaz de controlar el peso cuando desciende.
Esta técnica de alta intensidad utiliza una fuerte contracción muscular excéntrica (o negativa) para realizar el trabajo extra más allá del fallo muscular concéntrico e isométrico.
La repetición negativa se realiza bajando el peso tan lento como sea posible, resistiendo la fuerza de la gravedad.
Para hacer repeticiones negativas adicionales, pide a un compañero de entrenamiento que te levante el peso de nuevo hasta la posición alta.
Añadir repeticiones forzadas
Una repetición forzada es una repetición asistida. Cuando alcanzas el punto de fallo muscular positivo, tu compañero de entrenamiento te ayuda a realizar otra repetición completa en la fase de levantamiento.
Éste te proporcionará justo la ayuda suficiente para que puedas completar otra fase positiva de una repetición. Esta técnica te permite empujar pasado el punto de fallo positivo.
Necesitarás contar con un compañero experimentado para ajustar la resistencia, haciendo la presión suficiente sobre la barra de modo que te veas forzado a trabajar tan duramente como puedas a fin de llevar a cabo unas pocas repeticiones completas extras.
En el punto de fallo muscular, se requiere el 100 por ciento de intensidad (esfuerzo) para completar la última repetición. El músculo es llevado al límite y debe contraerse a su capacidad máxima para completar la tarea.
Exhaustas y con micro-desgarros por este estímulo, las fibras musculares crecen en volumen.
A continuación veremos 12 formas de aumentar nuestra intensidad en el entrenamiento.
- Incrementar la resistencia.
- Añadir un ejercicio.
- Acortar los intervalos de descanso.
- «Prefatigar» al músculo.
- Añadir superseries.
- Añadir series descendentes.
- Cambiar el ritmo de las repeticiones.
- Utilizar repeticiones con pausas de potencia.
- Utilizar repeticiones parciales.
- Utilizar contracciones estáticas.
- Añadir repeticiones negativas.
- Añadir repeticiones forzadas.
Incrementar gradualmente el peso que se levanta intensifica el estímulo que el músculo recibe en el punto de fallo durante la última repetición. De tal modo que si añades 5 kilos más en la sexta repetición máxima, tus músculos recibirán un estímulo mayor que el que han recibido en la sesión de trabajo previa.
Añadir resistencia eleva la intensidad, y el músculo irá más allá de su punto de fallo previo. Un estímulo mayor proporcionará un mayor desafío a los músculos. A medida que se van haciendo más fuertes, se van haciendo más grandes.
Procura añadir más carga a cada ejercicio cada dos a tres semanas. Sin embargo, debes tener en cuenta esto; el peso máximo es el que puedes levantar durante seis repeticiones utilizando una técnica perfecta. Realizar menos de seis repeticiones del peso máximo e intentar añadir después más resistencia comporta un alto riesgo de lesión.
Solamente cuando seas capaz de realizar 8 a 10 repeticiones correctas con el mayor peso posible, podrás incrementar de forma segura la resistencia en un 5 por ciento e intentar realizar las seis repeticiones con la nueva carga.
Añadir un ejercicio
Los grupos musculares mayores, como los del pecho, hombros y espalda, se benefician de muchos ejercicios que tienen como objetivo diferentes porciones del músculo. Trabajar el músculo desde diferentes ángulos intensifica el estímulo global, añadiendo fibras musculares adicionales a la acción.
Por ejemplo, una serie de press de banca horizontal realizada hasta el fallo no va a fatigar necesariamente las fibras musculares de la parte superior del pectoral. Añade un ejercicio inclinado para maximizar el estímulo de esta parte del músculo (porción clavicular).
De manera similar, el press de hombro recluta y fatiga la porción anterior del deltoides, pero los fascículos lateral y posterior permanecen relativamente inactivos. Para un completo desarrollo muscular, todas las fibras musculares deben ser reclutadas y fatigadas en todas las secciones del músculo.
Añadir ejercicios adicionales es un modo de asegurar la máxima intensidad en todas sus porciones. Pero recuerda que los movimientos nuevos sólo serán útiles si tienes como objetivo entrenar todas las porciones del músculo. Existe poco beneficio si añades otro ejercicio idéntico.
Acortar los intervalos de descanso
Cuanto menos tiempo descanse entre series y ejercicios, más intensa será la sesión de entrenamiento. Acortar los intervalos de descanso es un modo seguro y efectivo de elevar la intensidad.
Las fibras musculares fatigadas en la primera serie no tendrán tiempo para recuperarse; así que durante la segunda, el músculo deberá reclutar más fibras para mover la carga correspondiente.
Acortar los intervalos de descanso también quema más calorías, lo que es un excelente modo de desarrollar músculo y quemar grasa al mismo tiempo.
Prefatigar el músculo
Esta técnica se relaciona con la secuencia de los ejercicios. Emplea un ejercicio aislado para prefatigar a un músculo antes de pasar a un movimiento compuesto. En este caso se pretende reclutar y fatigar más fibras musculares y, por lo tanto, generar una respuesta de crecimiento más efectiva.
Realizando un ejercicio aislado se fatiga al músculo objetivo, de tal modo que cuando pase al ejercicio compuesto, el músculo fatigado en primer lugar fallará antes que los músculos secundarios más pequeños.
Por ejemplo, realiza aperturas con mancuernas para prefatigar a los pectorales antes de realizar el press de banca. Esto asegurará que los músculos del pecho fallen antes de estimular al tríceps, que asiste en los movimientos de press. No podrás terminar la serie de press de banca si el tríceps ha alcanzado el punto de fallo antes que el pectoral.
De manera similar, prefatigar el deltoides con elevaciones laterales hace que el trabajo de este músculo sea más duro durante el press de hombro, dejando de reserva al músculo tríceps, más débil.
Añadir superseries
Una superserie implica realizar dos ejercicios de manera continua, sin intervalo de descanso. Esencialmente, esta técnica lleva el concepto de prefatiga al nivel más alto de intensidad. La diferencia es que no da al músculo tiempo de descanso entre dos ejercicios.
Procediendo inmediatamente a la segunda serie, se fuerzan a trabajar fibras musculares adicionales después de que las otras fibras ya han fallado por completo. La segunda serie eleva la intensidad llevando al músculo más allá del fallo.
Cuando realizas una superserie de dos ejercicios del mismo grupo muscular, el tiempo total bajo tensión aumenta, y puede estimular diferentes fibras musculares cuando pasa de un ejercicio al otro. Esto activa un mayor porcentaje de área muscular, lo cual estimula un crecimiento extra.
Añadir series descendentes
Las series descendentes son un método de extender un ejercicio más allá del fallo, reduciendo progresivamente el peso, de tal modo que puedas realizar más repeticiones. Cuando alcances el fallo muscular al final de una serie, disminuye inmediatamente la resistencia en un 25-40 por ciento y continúa el ejercicio, realizando unas pocas repeticiones más hasta alcanzar el fallo muscular con ese menor peso.
Descansa sólo unos segundos y vuelve a reducir el peso.
Las series descendentes se realizan fácilmente en máquinas, donde todo lo que se necesita hacer es colocar la clavija del peso en un nivel de peso menor. Durante los ejercicios con barra, los discos deben reemplazarse de la barra. Para añadir intensidad, haga varias series descendentes sucesivas (series de descenso doble o triple), reduciendo el peso cada vez que alcance el fallo muscular momentáneo.
También puede hacer este tipo de series con mancuernas. Cada vez que el músculo falla, utiliza mancuernas progresivamente más ligeras, sin detenerte hasta que los músculos estén completamente fatigados.
Éste es un método excelente para «aniquilar» al deltoides con elevaciones laterales con mancuernas. Supongamos que realiza series hasta el fallo en la octava repetición con 15 kilos; cambia inmediatamente después a mancuernas de 10 kilos, y continúa el ejercicio otra vez hasta el fallo. A continuación, sigue con mancuernas de 5 kilos (y así sucesivamente), continuando el movimiento hasta que el músculo falle de nuevo. Cada vez que trabaje toda la progresión descendente de las cargas, ¡sentirás como si te estuvieran quemando con un soplete en los deltoides!
Cambiar el ritmo de las repeticiones
La velocidad con la que realizas una repetición afectará a la intensidad. Las realizadas a un ritmo rápido normalmente permiten la utilización de mayores pesos, pero la aceleración rápida introduce el factor impulso.
Demasiado impulso con repeticiones rápidas disminuye el esfuerzo muscular. Realizarlas lentamente reduce el impulso y maximiza la tensión muscular a todo lo largo del rango del movimiento.
Recuerda que lo que cuenta es el peso (o tensión) sobre el músculo, no el peso sobre la barra. Ralentizar el ritmo de las repeticiones es un método de aumentar la intensidad.
Esto no significa que debas practicar repeticiones lentas todo el tiempo pero el mejor método es variar el ritmo. Pasar de uno lento (dos segundos de bajada, dos segundos de subida) a otro rápido (un segundo de bajada, un segundo de subida) con lo que se implican diferentes fibras musculares, asegurando el máximo reclutamiento muscular.
Este efecto se ve también influenciado al cambiar la velocidad relativa de las fases positiva y negativa de la repetición. Ralentizar la fase positiva acentúa la contracción concéntrica (por ejemplo, dos segundos de bajada, cuatro segundos de subida), mientras que ralentizar la negativa acentúa la contracción excéntrica (por ejemplo, cuatros segundos de bajada, dos segundos de subida).
Para continuar añadiendo masa muscular y generar nuevos niveles de intensidad, el concepto de variación del ritmo de las repeticiones es muy importante.
Utilizar repeticiones con pausas de potencia
Una repetición pausada permite tirar pasado el punto de fallo muscular positivo, proporcionando al músculo unos pocos segundos de descanso en un modo de contracción isométrica estática. Cuando usted alcance el fallo muscular, al final de una serie, mantenga todavía el peso durante algunos segundos más.
La pausa de potencia puede hacerse en cualquier punto de la fase positiva de la repetición. Habiendo obtenido la ventaja de esos pocos y valiosos segundos de descanso, podrás realizar una repetición más pasado el punto de fallo. Utilizando la pausa de potencia, la serie se extiende más allá del fallo en un modo de «parada/inicio».
Utilizar repeticiones parciales
Por definición, el punto de fallo muscular ocurre cuando no se es capaz de completar la última repetición a través del rango de movimiento completo. Sin embargo, pese a no poder finalizar una repetición completa, el músculo todavía puede realizar una repetición parcial, en la que se practique sólo una parte del levantamiento.
Ese arco de movimiento más corto puede hacerse en cualquier parte de la repetición: al comienzo, en el punto medio o en la fase final. Normalmente, la repetición parcial se realiza dentro del rango en el que el músculo está más fuerte.
Por ejemplo, una repetición parcial durante un press de banca implica la primera fase del levantamiento, cuando se empuja la barra hacia arriba por encima del pecho.
Ésta es la fase en la que los pectorales generan la mayor potencia. De modo similar, durante un press de hombro, el deltoides se contrae con más fuerza durante la fase inicial. Como en todos los movimientos de press, el tríceps hace la mayor parte del trabajo cuando los brazos se aproximan a la posición de bloqueo.
En lugar de abandonar cuando no puedas realizar una repetición completa, hacer repeticiones parciales te permitirá llevar al músculo más allá del punto de fallo positivo.
Utilizar contracciones estáticas
Una contracción estática o isométrica es la fuerza generada en un músculo cuando no hay movimiento y el peso permanece quieto.
Debido a que la contracción isométrica es más fuerte que la concéntrica, cabe deducir que así se continuará la serie más allá del punto de fallo muscular concéntrico. Incluso aunque no puedas levantar más el peso, el músculo es capaz de mantener el peso estático.
Al forzar un pico de contracción estática en el músculo, éste tiene que continuar trabajando pasado el punto de fallo. Mantén el peso tanto tiempo como puedas hasta alcanzar el punto del fallo muscular isométrico. Finalmente, cuando el peso supera la fuerza isométrica, el músculo estará a punto de «estallar».
Añadir repeticiones negativas
La fase más fuerte de una repetición es la fase negativa de bajada del peso. Incluso aunque el músculo haya fallado durante la fase positiva y se haya fatigado durante una contracción estática, la mayor potencia de la contracción excéntrica es aún capaz de controlar el peso cuando desciende.
Esta técnica de alta intensidad utiliza una fuerte contracción muscular excéntrica (o negativa) para realizar el trabajo extra más allá del fallo muscular concéntrico e isométrico.
La repetición negativa se realiza bajando el peso tan lento como sea posible, resistiendo la fuerza de la gravedad.
Para hacer repeticiones negativas adicionales, pide a un compañero de entrenamiento que te levante el peso de nuevo hasta la posición alta.
Añadir repeticiones forzadas
Una repetición forzada es una repetición asistida. Cuando alcanzas el punto de fallo muscular positivo, tu compañero de entrenamiento te ayuda a realizar otra repetición completa en la fase de levantamiento.
Éste te proporcionará justo la ayuda suficiente para que puedas completar otra fase positiva de una repetición. Esta técnica te permite empujar pasado el punto de fallo positivo.
Necesitarás contar con un compañero experimentado para ajustar la resistencia, haciendo la presión suficiente sobre la barra de modo que te veas forzado a trabajar tan duramente como puedas a fin de llevar a cabo unas pocas repeticiones completas extras.
Ejercicios y rutinas: Algunas aclaraciones sobre el fallo muscular
Casi todos nosotros hemos escuchado en más de una ocasión que es muy bueno llegar al fallo muscular para conseguir un buen desarrollo y seguir creciendo muscularmente hablando. Es cierto que seguramente a todos nos suena a lo que nos estamos refiriendo con esto de llegar al fallo muscular, pero seguro que hay una gran mayoría que todavía no sabe bien lo que es esto. Por ello en esta ocasión lo que queremos aclarar algunos puntos en lo que se refiere al fallo muscular para así acudir a entrenar con las cosas más claras.
Ante todo es necesario que tengamos en la cabeza que no siempre llegar al fallo es hacer una serie al máximo de potencia sin más. El fallo muscular es algo que va más allá, y es que consiste en llegar al máximo muscular, tanto que nos sea imposible seguir realizando más repeticiones del ejercicio en el que estamos trabajando. Aunque parece sencillo, no siempre lo es tanto. Para ello nosotros vamos a ahondar un poco más en cómo debemos hacerlo y para lo que nos servirá su realización a la larga.
Normalmente cuando hacemos un ejercicio lo que solemos realizar son diferentes series con un número determinado de repeticiones cada una de ellas. A lo largo de estas series y repeticiones lo que haremos será poner a trabajar a los músculos para así incitarlos a crecer y desarrollarse. Para conseguir esto lo que hacemos es aplicar una serie de cargas que serán las que deberemos vencer para así superarnos. Por norma general solemos realizar las series con las repeticiones programadas sin llegar al esfuerzo máximo, sino simplemente quedándonos entorno a un setenta por ciento de todo el potencial que tenemos.
Fallo real
Entrenando de este modo lo que conseguimos es una buena tonificación y un desarrollo moderado a no ser que variemos los ejercicios y las rutinas. Si lo que queremos es seguir evolucionando es necesario que vayamos un poco más allá en la realización de los ejercicios, y para ello es necesario que recurramos a llegar al fallo muscular. El fallo real será cuando realizando una serie no tengamos en cuenta las repeticiones, sino que simplemente hagamos las que el cuerpo aguante. Para ello es importante utilizar una carga superior a la habitual, eso sí, sin seguir realizando el movimiento correcto para evitar hacernos daño.
Cómo llegar al fallo
La manera de hacer ejercicio llegando al fallo es muy sencilla. Ante todo será necesario que contemos con la ayuda de un compañero que nos servirá para llegar totalmente al fallo, pues nos asistirá cuando no podamos más y nuestro cuerpo no responda más. Si no contamos con este compañero difícilmente llegaremos realmente al fallo, o si lo hacemos será mediante una realización defectuosa o precaria del ejercicio. Con la ayuda del compañero lo que haremos será realizar las repeticiones necesarias hasta que nuestros músculos no puedan más y no seamos capaces de mover la carga. Eso sí, siempre debemos estar supervisados por nuestro compañero de entrenamientos.
Para entrenar al fallo hay que tener en cuenta de lo que somos capaces y de la fuerza que podemos desarrollar de manera normal, pues es necesario que superemos esto, pues de otro modo no nos será tal fácil llegar al fallo. Para ello utilizaremos unas cargas mayores, de modo que obligaremos a los músculos implicados a trabajar mucho más. Con esto lo que conseguiremos será forzar al máximo a nuestros músculos para lograr un mayor desarrollo de los mismos. Es necesario que cuando entrenemos de este modo planifiquemos bien los ejercicios, pues no podremos realizar muchos. A esto debemos sumarle el descanso y la recuperación muscular que serán necesarios y fundamentales.
Ante todo es necesario que tengamos en la cabeza que no siempre llegar al fallo es hacer una serie al máximo de potencia sin más. El fallo muscular es algo que va más allá, y es que consiste en llegar al máximo muscular, tanto que nos sea imposible seguir realizando más repeticiones del ejercicio en el que estamos trabajando. Aunque parece sencillo, no siempre lo es tanto. Para ello nosotros vamos a ahondar un poco más en cómo debemos hacerlo y para lo que nos servirá su realización a la larga.
Normalmente cuando hacemos un ejercicio lo que solemos realizar son diferentes series con un número determinado de repeticiones cada una de ellas. A lo largo de estas series y repeticiones lo que haremos será poner a trabajar a los músculos para así incitarlos a crecer y desarrollarse. Para conseguir esto lo que hacemos es aplicar una serie de cargas que serán las que deberemos vencer para así superarnos. Por norma general solemos realizar las series con las repeticiones programadas sin llegar al esfuerzo máximo, sino simplemente quedándonos entorno a un setenta por ciento de todo el potencial que tenemos.
Fallo real
Entrenando de este modo lo que conseguimos es una buena tonificación y un desarrollo moderado a no ser que variemos los ejercicios y las rutinas. Si lo que queremos es seguir evolucionando es necesario que vayamos un poco más allá en la realización de los ejercicios, y para ello es necesario que recurramos a llegar al fallo muscular. El fallo real será cuando realizando una serie no tengamos en cuenta las repeticiones, sino que simplemente hagamos las que el cuerpo aguante. Para ello es importante utilizar una carga superior a la habitual, eso sí, sin seguir realizando el movimiento correcto para evitar hacernos daño.
Cómo llegar al fallo
La manera de hacer ejercicio llegando al fallo es muy sencilla. Ante todo será necesario que contemos con la ayuda de un compañero que nos servirá para llegar totalmente al fallo, pues nos asistirá cuando no podamos más y nuestro cuerpo no responda más. Si no contamos con este compañero difícilmente llegaremos realmente al fallo, o si lo hacemos será mediante una realización defectuosa o precaria del ejercicio. Con la ayuda del compañero lo que haremos será realizar las repeticiones necesarias hasta que nuestros músculos no puedan más y no seamos capaces de mover la carga. Eso sí, siempre debemos estar supervisados por nuestro compañero de entrenamientos.
Para entrenar al fallo hay que tener en cuenta de lo que somos capaces y de la fuerza que podemos desarrollar de manera normal, pues es necesario que superemos esto, pues de otro modo no nos será tal fácil llegar al fallo. Para ello utilizaremos unas cargas mayores, de modo que obligaremos a los músculos implicados a trabajar mucho más. Con esto lo que conseguiremos será forzar al máximo a nuestros músculos para lograr un mayor desarrollo de los mismos. Es necesario que cuando entrenemos de este modo planifiquemos bien los ejercicios, pues no podremos realizar muchos. A esto debemos sumarle el descanso y la recuperación muscular que serán necesarios y fundamentales.
23 de enero de 2013
Los cimientos para perder peso exitosamente
Para quienes buscan la pérdida de peso hay un concepto que es la clave de todo: no existen atajos ni secretos ni hay maneras de hacerlo de un día para el otro. A pesar de que a todos nos gustaría que así fuera lo primero que debes asumir es la idea de que las falsas promesas o de quienes te dicen que puedes perder diez kilos en diez días no son verdad y son un desperdicio de dinero que hasta puede ser peligroso para tu salud.
Para perder peso se te pedirá de una cuota de esfuerzo de tu parte, y cuando se encara esta empresa de la forma correcta incluso puede ser una experiencia fantástica y para nada tortuosa. Ya que empieces a conseguir los resultados que deseas a base de esfuerzo sabemos, mejor dicho estamos convencidos de que disfrutarás del proceso.
Dicho esto, si quieres recuperar tu buena forma y peso de manera saludable y duradera, lo que realmente tienes que hacer es:
Comer mejor. Esto puede traducirse como comer menos ya que al comer menos de lo que tu cuerpo necesita creas un déficit calórico que es necesario para que la energía acumulada se gaste en vez de seguir acumulándose. Pero también puede traducirse en aprender a elegir mejor los alimentos que consumes. Con esa pequeña porción de papas fritas o ese paquete de galletas que comiste puedes comer un gran bowl de ensalada, o dos tazas de ensaladas de frutas, o mucho mucho más comida pero que a su vez tiene menos calorías. La consecuencia natural de comer menos de lo que no debes y comer más de lo que realmente debes comer es que comenzarás a perder peso de manera natural, progresiva y no invasiva por decirlo de alguna manera. Básicamente se reduce a una cuestión de números, si quemas más y si comes menos adelgazarás. No hay nada que te lo impida.
El cuerpo gastará más energía y quemará más calorías. Tienes que tener una base de cardio porque cualquier ejercicio aeróbico que hagas ya sea en cinta de correr, en bicicleta fija, sprints en pistas o lo que sea utilizará la grasa corporal como combustible, por lo que eliminarás lo que se supone que tienes que eliminar al perder peso, la grasa.
Asimismo tiene que haber una forma de ejercicio que mantenga o aumente tu tejido muscular, es decir hacer ejercicios de fuerza. Pesas, bandas elásticas, ejercicios con el peso del cuerpo todo ello conserva o mejora la cantidad de músculo de tu cuerpo mejorando a su vez tu composición corporal. A más músculo quemas más calorías solo por cargar con ese músculo… y no te volverás enorme al hacerlo, créenos. Por el contrario de lo que se piensa no es posible volverte un culturista con un entrenamiento tradicional de pesas. Así que hombre o mujer agarra unas mancuernas sin miedo, tu peso y tu salud estarán muy felices con que lo hagas.
El error de muchos es pensar que al realizar solamente una parte de estas tres es suficiente. La verdad que no lo es, por algo son los pilares sobre los cuales descansa cualquier programa para bajar de peso que se precie de serio. La verdad es que si quieres perder peso tan rápido y saludable como tu cuerpo te lo permita debes combinar los tres puntos anteriores, no uno, ni dos, los tres!
Cada pilar te beneficia de alguna forma y cada uno posee beneficios distintos el uno del otro. Al comer mejor y controlar las cantidades te evitas de seguir consumiendo cantidades de alimentos y alimentos potencialmente perjudiciales para tu cuerpo y tu peso.
En cuanto al ejercicio de cardio, aparte de mejorar el sistema cardiovascular es un tipo de ejercicio que principalmente utiliza la grasa como combustible y eso es lo que verdaderamente importa eliminar de tu cuerpo: la grasa corporal. Por eso el cardio..
Y por último aunque no menos importante, los ejercicios de fuerza ayudan a conservar/construir tejido muscular y esto mejora nuestra composición corporal, nos hace quemar más calorías en estado de reposo y mejora nuestra estructura corporal.
Todo, como puedes ver te suma para que el gran total sea un cuerpo más sano y con un peso más sano, como el que quieres tener. Vale la pena intentarlo ¿verdad?
Ejercicios: Rutina de las 100 repeticiones
Realizar series de 100 repeticiones es un método significativo para
incrementar la resistencia muscular y hacer que los músculos
permanezcan estimulados para sobrepasar la meseta de estancamiento en
fuerza y volumen.
Lo recomendable es entrenar no más de tres series por cada grupo muscular dos veces a la semana (una serie de cada uno de tres ejercicios diferentes asegurará una sesión de trabajo completa). Si no se está acostumbrado a trabajar con altas repeticiones, hacer al comienzo tan sólo un ejercicio (una serie de 100 repeticiones) por grupo muscular.
Utilizar el entrenamiento de 100 repeticiones durante no más de 2 semanas seguidas con el fin de evitar el sobreentrenamiento. Este no es un método que dabas seguir de forma indefinida, es más un recurso para salir del estancamiento y aumentar la resistencia muscular pero enseguida se debe volver a otro tipo de rutinas más convencionales.
Como realizar la rutina
Para seleccionar el peso de cada ejercicio, calcular entre el 20 al 30 % del que se utiliza en una serie de 10 repeticiones. La meta es fallar inicialmente alrededor de la repetición número 70 (no se podrán hacer en ese momento las 100 repeticiones de modo consecutivo); tras alcanzar el fallo, descansar tantos segundos como repeticiones te resten para llegar al 100 (por ejemplo, si llega a la repetición 75 en el fallo, descanse 25 segundos antes de comenzar de nuevo). Repetir hasta que se alcancen las 100 repeticiones y, a continuación, pasar al siguiente ejercicio.
En la siguiente sesión de trabajo la parte superior del cuerpo se divide en 2 rutinas para realizarlas en días separados a fin de evitar el volumen excesivo de las sesiones de trabajo.
Descanse al menos 2 días entre los entrenamientos ya que los hombros, bíceps y tríceps necesitarán tiempo para recuperarse del entrenamiento anterior.
Descanso: Descanso de 2 a 3 minutos entre ejercicios o series.
Entrenamiento 1 : Pecho, Espalda
Pecho
Press con mancuernas (en banco plano): 1 x 100
Press inclinado en máquina Smith: 1 x 100
Aperturas en máquina: 1 x 100
Espalda
Dominadas asistidas: 1 x 100
Remo en máquina: 1 x 100
Jalones con los brazos estirados: 1 x 100
Entrenamiento 2: Hombros, Tríceps, Bíceps
Hombros
Press en multipower: 1 x 100
Elevación lateral con mancuerna: 1 x 100
Tríceps
Fondos en máquina: 1 x 100
Jalón en polea: 1 x 100
Bíceps
Curl con barra: 1 x 100
Curl en máquina: 1 x 100
Trapecios
Encogimientos con mancuernas: 1 x 100
Antebrazos
Curl de muñeca con barra: 1 x 100
Recuerda que esta rutina no es para ser adoptada como rutina habitual, utilízala para superar puntos de estancamiento y para añadir variedad al entrenamiento de forma puntual.
Lo recomendable es entrenar no más de tres series por cada grupo muscular dos veces a la semana (una serie de cada uno de tres ejercicios diferentes asegurará una sesión de trabajo completa). Si no se está acostumbrado a trabajar con altas repeticiones, hacer al comienzo tan sólo un ejercicio (una serie de 100 repeticiones) por grupo muscular.
Utilizar el entrenamiento de 100 repeticiones durante no más de 2 semanas seguidas con el fin de evitar el sobreentrenamiento. Este no es un método que dabas seguir de forma indefinida, es más un recurso para salir del estancamiento y aumentar la resistencia muscular pero enseguida se debe volver a otro tipo de rutinas más convencionales.
Como realizar la rutina
Para seleccionar el peso de cada ejercicio, calcular entre el 20 al 30 % del que se utiliza en una serie de 10 repeticiones. La meta es fallar inicialmente alrededor de la repetición número 70 (no se podrán hacer en ese momento las 100 repeticiones de modo consecutivo); tras alcanzar el fallo, descansar tantos segundos como repeticiones te resten para llegar al 100 (por ejemplo, si llega a la repetición 75 en el fallo, descanse 25 segundos antes de comenzar de nuevo). Repetir hasta que se alcancen las 100 repeticiones y, a continuación, pasar al siguiente ejercicio.
En la siguiente sesión de trabajo la parte superior del cuerpo se divide en 2 rutinas para realizarlas en días separados a fin de evitar el volumen excesivo de las sesiones de trabajo.
Descanse al menos 2 días entre los entrenamientos ya que los hombros, bíceps y tríceps necesitarán tiempo para recuperarse del entrenamiento anterior.
Descanso: Descanso de 2 a 3 minutos entre ejercicios o series.
Entrenamiento 1 : Pecho, Espalda
Pecho
Press con mancuernas (en banco plano): 1 x 100
Press inclinado en máquina Smith: 1 x 100
Aperturas en máquina: 1 x 100
Espalda
Dominadas asistidas: 1 x 100
Remo en máquina: 1 x 100
Jalones con los brazos estirados: 1 x 100
Entrenamiento 2: Hombros, Tríceps, Bíceps
Hombros
Press en multipower: 1 x 100
Elevación lateral con mancuerna: 1 x 100
Tríceps
Fondos en máquina: 1 x 100
Jalón en polea: 1 x 100
Bíceps
Curl con barra: 1 x 100
Curl en máquina: 1 x 100
Trapecios
Encogimientos con mancuernas: 1 x 100
Antebrazos
Curl de muñeca con barra: 1 x 100
Recuerda que esta rutina no es para ser adoptada como rutina habitual, utilízala para superar puntos de estancamiento y para añadir variedad al entrenamiento de forma puntual.
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