12 de noviembre de 2009
Fitness: Correr, bici o nadar, ¿cuál es el mejor para los principiantes?
En el agua por la posición horizontal del cuerpo la frecuencia cardiaca es menor, sin embargo si no controlas bien la respiración, puedes hiperventilar y elevar tus pulsaciones, por otra parte es un medio ingrávido con lo cual la intensidad del ejercicio y las sobrecargas son muy bajas.
Pero si optas entre la bici o la carrera, sin duda la bicicleta se adaptará mucho mejor en estos primeros niveles de trabajo, la técnica es sencilla, no existe impacto, la FC es mas baja y la intensidad es regulable, la carrera no nos ofrece estas ventajas, pero sin embargo puedes comenzar a entrenar con caminata con pasos largos y con pendiente, con el paso de las sesiones y a medida que mejoras de forma, eleva el ritmo y baja la pendiente hasta conseguir un trote suave y cómodo.
Via: sportlife
9 de noviembre de 2009
La cafeína y el ejercicio físico
Ella se encuentra de manera natural en múltiples alimentos, como el té, el café o las bebidas colas, sin embargo, los deportistas utilizan en mayor medida las pastillas de cafeína como complemento de sus competencias o entrenamiento.
La ayuda que la cafeína puede brindar al ejercicio físico radica en su poder estimulante, ya que al actuar sobre el sistema nervioso central incrementa la concentración, así como la reacción ante estímulos, características muy importantes en la mayoría de los deportes.
Sobre todo, su poder estimulante radica en la adrenalina que fomenta la liberación de calcio de las células y así, favorece la contracción muscular en todos sus sentidos. Asimismo, incrementa la capacidad sensorial, lo que ayuda a percibir los estímulos con mayor facilidad, reduciendo, por ejemplo, los tiempos de salida, y reacción de cada deportista.
Por otro lado, siempre se ha creído que la mayor liberación de adrenalina que induce la cafeína, favorece la utilización de grasas para dar energía durante el esfuerzo y preserva el glucógeno muscular, lo cual es esencial en deportes de larga duración. Si bien los estudios al respecto son controvertidos, si se puede afirmar que la cafeína reduce la percepción de fatiga y por esta razón, también favorece de manera indirecta el rendimiento en las actividades de larga duración.
Asimismo, el esfuerzo que el deportista realiza se percibe de manera diferente cuando se ingiere cafeína, ya que, subjetivamente, la intensidad es menor debido al estímulo adicional que ofrece dicha sustancia.
Sin embargo, las dosis que suelen utilizar los deportistas, oscilan alrededor de los 200 mg, lo cual se considera elevado, ya que muchas investigaciones afirman que no existe una relación entre la dosis y la respuesta y que, con sólo pequeñas cantidades (1 a 3 mg/kg), ya se pueden percibir sus efectos sobre el desempeño deportivo.
Además, debemos tener en cuenta que el consumo de cafeína puede generar efectos diferentes según la persona, la tolerancia gástrica, el tamaño corporal, la actividad que realiza y muchas otras particularidades, por eso, si un individuo no consume habitualmente café u otros alimentos ricos en cafeína, lo ideal es probar la respuesta del organismo ante pequeñas dosis de la sustancia.
Puede suceder que el efecto de la cafeína nos perjudique en lugar de ayudarnos, ya que entre sus efectos adversos se encuentran el nerviosismo, las cefaleas, insomnio, mareos u otros, que pueden entorpecer el rendimiento físico y alterar el desempeño del deportista.
Por eso, si no duermes bien no rendirás, si sufres de ansiedad constante no podrás moverte y desempeñarte correctamente o, si experimentas malestares o dolores, tampoco podrás rendir como pretendías. Entonces, como siempre debemos recordar, cada individuo es un mundo, y así como la dieta y el entrenamiento deben ser personalizados, las ayudas ergogénicas, los complementos y demás recursos deportivos, también deben serlo para lograr el efecto deseado y evitar posibles perjuicios.
Via: personaltrainers-es
Spinning: qué es y beneficios más importantes
El profesor y ciclista norteamericano Jonathan Goldberg fue quien creó esta interesantísima actividad física allá por el año 1992, y desde entonces cada año son miles las personas que se interesan por ella y comienzan a practicarlo.
Su nombre vendría a englobar a todo aquel ciclismo fijo realizado en un lugar cerrado, y en el que pueden participar muchos sujetos a la vez, los cuales son conducidos en la mayoría de las ocasiones por un instructor cualificado.
Puede ser llevado a cabo por personas de todas las edades, y dentro de esta misma actividad encontramos una gama amplia de ejercicios distintos, por lo que tanto la actividad física como la diversión están garantizadas.
El spinning es considerado como un deporte de “no impacto”, lo que significa que no existe ningún riesgo físico en su práctica, una cuestión que entre otros aspectos permite que muchas personas puedan realizado independientemente de la edad que tengan.
¿Qué ropa y qué equipo es necesario para el entrenamiento?
En la mayoría de las ocasiones, los instructores recomiendan shorts de algodón y calcetines, al ser buenos para la absorcion de la transpiración de la propia piel, a la vez que utilizar zapatillas (a ser posible playeras) rígidas.
Eso sí, para los posibles dolores que puedan surgir después de los primeros entrenamientos, se recomienda usar almohadillas de ciclismo cortas, o incluso algún tipo de gel relajante.
En lo que se refiere a lo que podemos tomar, es una buena opción hacerse con bebidas anti-deshidratación, que nos permitirán nivelar el nivel de agua perdida y así evitar descompensaciones.
Los beneficios más importantes del spinning
* Ayuda a fortalecer tanto los distintos músculos de las piernas como los de los brazos, ayudándono así –si se me permite la redundancia- en la pérdida de peso y en la reducción de celulitis.
* Al ser un deporte aeróbico, el spinning es un muy buen deporte que ayuda a cuidar nuestro corazón, al agrandarlo y fortalecerlo, lo que provoca una pérdida de parte de la grasa que lo cubre.
* Aumenta el calibre de las arterias coronarias, lo que repercutirá en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
* Los huesos aumentan de grosor, por lo que se hacen más resistentes a lesiones y golpes.
* Reduce la tensión arterial.
* Ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.
Pierde peso cuidando tu salud
La regla nº1 y más fundamental es NO OBSESIONARSE. Perder peso nunca debe suponer un suplicio, ni un esfuerzo espantoso haciendo grandes sacrificios y a veces un sinfín de tonterías, sino más bien “cambiar el chip” y volver a los buenos hábitos y a los alimentos saludables, pero no “porque quiero perder peso”, sino “porque me gusta cuidarme y ganar salud”. Esto es lo que les digo a todos mis clientes, y creedme cuando os digo que son los que consiguen cambiar ese chip los que tienen éxito.
Segunda regla importantísima: NO SALTARSE NINGUNA COMIDA (y menos el desayuno), o lo que es lo mismo hacer 5 ó 6 comidas diarias. A menudo la gente se salta el desayuno, o “no como a medio día porque tengo mucho trabajo y así me ahorro unas calorías”, o “no tomo nada a media mañana, que yo aguanto el hambre”…con lo que conseguimos llegar hambrientos a la siguiente comida, probablemente con una ligera hipoglucemia, y dispuestos a devorar cualquier cosa que nos pongan por delante; un trozo de queso, unos colines, unas patatas fritas, un poco de chorizo, porque tenemos tanta hambre que no nos da ni tiempo a prepararnos una ensalada riquísima, o un plato de pasta con verduras, o una tortillita francesa. Y por otra parte, el cuerpo, que es muy listo y está evolutivamente preparado para la falta de alimentos, empieza a ahorrar energía, “no vaya a ser que esto de no comer dure más de lo debido”. Con lo que no sirve para nada, sino todo lo contario.
Tercera regla: TOMAR ABUNDANTES FRUTAS Y VERDURAS. Son ricas en vitaminas, fibra, agua, antioxidantes y fitonutrientes, por tanto tienen un valor nutricional alto, son bajas en calorías (salvo algunas frutas un poco más calóricas) y tienen un gran poder saciante. Hay que comer al menos dos raciones de verduras, una de ellas en crudo (ensaladas, gazpacho) y unas 2-3 frutas al día, aunque se puede aumentar las cantidades dependiendo de las necesidades de energía de cada uno.
Cuarta regla: CONTROLAR Y SELECCIONAR BIEN LOS HIDRATOS DE CARBONO. Hemos hablado ya mucho sobre los hidratos de carbono en este blog. Ya todos sabéis que son la principal fuente de energía de la dieta, y que no todos son iguales, así que cuando estamos intentando perder peso hay que controlar su consumo, pero sobre todo elegir los que sean ricos en fibra y bajo Índice Glucémico, pues nos ayudarán a controlar la glucemia y la descarga de insulina (ver post anterior) que ya sabéis que es una hormona catabólica y favorece la formación de los depósitos de grasa. El tamaño y número de raciones dependerá del peso de cada persona y de los entrenamientos, duración e intensidad del ejercicio. Ojo con reducir demasiado los hidratos y los consiguientes bajones e hipoglucemias en los entrenamientos.
Quinta regla: COMER SUFICIENTES PROTEINAS. Ya sabéis que las proteínas son componentes estructurales y funcionales imprescindibles para el organismo (ver post de proteínas), por lo tanto tenemos que consumir las suficientes, para que el cuerpo no tenga necesidad de “comerse a sí mismo” y no perdamos masa muscular, ni se dé la tan temida flacidez. Para ello debemos incluir un alimento proteico (carne, pollo, pescados, huevos) por lo menos en la comida principal y la cena, y la ración deberá ser aproximadamente del tamaño de la palma de nuestra mano (en diámetro y grosor, sin contar los dedos). Si además incluimos en el resto de las comidas lácteos desnatados, o un poco de fiambre (jamón york o pavo) estarán cubiertas de sobra nuestras necesidades. Es muy importante elegir bien los alimentos entre aquellos más bajos en grasa, como pechugas de pollo o pavo, filetes de ternera magra, conejo, pescados, y huir de carnes más grasas como la de cordero, entrecot, etc.
Vamos a por la sexta: VIGILAR LAS GRASAS Y ELEGIR LAS MÁS SALUDABLES. Las grasas son, de entre todos los alimentos, los que mayor contenido calórico presentan: 9 Kcal/gr. Así que si lo hacemos todo bien, comemos regularmente, abundantes frutas y verduras, elegimos cereales integrales, controlamos el tamaño de las raciones, etc., pero nos pasamos con la grasa, echamos a perder la dieta. Y esto funciona para todas las grasas, buenas y malas. El aceite de oliva es sanísimo, ofrece un montón de ventajas al organismo, pero tiene 9 Kcal/gr, y si echamos demasiado a las verduras, a la ensalada, o a la salsa de tomate o el pisto, nos estamos (perdón por la expresión) cargando el plato. Por tanto, ojo con el chorrito de aceite. Elegir alimentos desnatados (leche, yogures, quesos), y utilizar aceite de oliva, preferentemente virgen, para cocinar y aliñar nuestros platos. Evitar al máximo grasas saturadas (mantequillas, quesos grasos, carne muy grasa) y grasas trans (esa grasas hidrogenadas presentes en galletas y bollos).
Y para terminar consejos básicos como utilizar técnicas de cocinado sencillo; horno, plancha, vapor, papillote y evitar salsas, fritos y rebozados, que suelen aumentar mucho el valor calórico de los alimentos. No olvidéis consultar con un buen profesional, que ajuste las necesidades de energía y nutrientes a vuestro caso, constitución, hábitos, estilo de vida y entrenamientos. Además os servirá de gran apoyo y guía en el proceso. No tener prisa, pues no es aconsejable perder más de 1kg a la semana (se considera normal entre 0,5-1 kg/semana), cada uno tiene su ritmo y hay que respetarlo. Pero sobre todo, sobre todo, disfrutar de comer sano, y si algún os lo saltáis, fuera sentimiento de culpabilidad y a volver lo antes posible a los buenos hábitos. Ah! Se me olvidaba, un truquito para los golosos que no pueden pasar sin el dulce: chupar una onza de chocolate negro con más del 70% de cacao, quita mucho las ganas de dulce, reduce la ansiedad y produce liberación de serotonina, la hormona de la felicidad. Ánimo y a por ello.
Via: blogs.runners
4 de noviembre de 2009
Consejos para evitar la fatiga en el entrenamiento
*La hidratación, como en todo lo relacionado con la actividad física, es esencial. Beber abundante agua y líquidos antes, durante y después del ejercicio debe ser un “paso obligado” más en nuestras rutinas. El metabolismo y las reacciones químicas para mover nuestros músculos necesitan de agua. Si sentimos sed, seguro que la fatiga estará también próxima a presentarse.
*Procura ir mermando en tu actividad, gradualmente, y nunca parar de golpe. De lo contrario, el detenerse de pronto se evita que la circulación siga activa, y, por lo tanto, pueda “limpiar” de los metabolitos resultantes, lo cual también hará que nos fatiguemos más y se aumente el tiempo necesario para la posterior recuperación.
Por ejemplo si se corre lo más recomendable es ir reduciendo la actividad de a poco: pasar de correr al trote, y de trote a la caminata, para luego sí terminar con una serie de ejercicios de estiramiento.
*Sé inteligente a la hora de planificar tu rutina, y ve variando en la intensidad de los ejercicios por día. Si un día realizas series de alta intensidad, programa para el siguiente una jornada de descanso, o una actividad mucho más leve. Los momentos de descanso son también necesarios para asimilar la actividad y recuperar los músculos correctamente, además de evitar la fatiga o incluso las lesiones.
*Come y duerme correctamente. Tanto la alimentación como las horas de sueño mínimo necesarias son también pilares en lo referido a la actividad física y nuestro rendimiento deportivo. Es la mejor manera de compensar, alimentar y devolver a nuestro organismo lo “quitado” durante el esfuerzo. Recuerda que una buena ración de hidratos y proteínas puede ser lo que el cuerpo esté pidiendo tras el ejercicio para restablecerse y fortalecer los músculos.
*Finalmente, en lo posible, resérvate un tiempo para los baños de contraste. El alternar la temperatura del agua, entre caliente y más fría, puede ser de gran ayuda para activar la circulación sanguínea, contrayendo y dilatando los vasos. Lo que, además, propiciará la eliminación de los metabolitos que potencian la sensación de fatiga e hinchazón muscular.
Via: vitadelia
Hormonas que entran en acción al realizar ejercicio
Normalmente cuando nos mantenemos en una situación de reposo el organismo funciona de forma relajada. No es necesario echar mano de energía rápida que en otras circunstancias sí que necesitaríamos. En estos momentos la producción de hormonas es más reducida. En cambio, cuando practicamos deporte las necesidades corporales cambian, lo que nos lleva a aumentar la producción de hormonas, algo que no debemos pasar por alto.